Los pronósticos de los economistas para la inflación de agosto no se equivocaron, coincidieron con el dato que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó esta mañana de una de 8.7% anual y de 0.70% en un mes.
Con este incremento en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación marcó un nuevo pico en 21 años, y el más alto para un agosto desde el 2000. Los analistas del sector privado esperan que a partir de este punto las presiones inflacionarias comiencen a ceder.
Lo que más impacto representó en este mes siguió siendo las frutas y verduras que tuvieron una tasa de 15.18% anual; asimismo, los alimentos, bebidas y tabaco subieron 12.94%; situación que se ha extendido desde el estallido de la guerra entre Ucrania y Rusia que golpeó a los agricultores con un fuerte incremento de los precios de los fertilizantes, así como en los costos de los energéticos.
Por genérico, durante el octavo mes, los que más subieron fueron: la cebolla, la naranja y la papa, con 54.4, 8.47 y 6.38%, cada uno en ese mismo orden.
Además, la tortilla registró un aumento en un solo mes de 2.41%, una aceleración considerable para el principal alimento de los mexicanos. El gobierno ya ha tomado cartas en el asunto por el incremento en el precio de la tortilla; el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que Hacienda hará una vista a Maseca y Minsa para que expliquen las causas del aumento en su harina que le venden a los tortilleros, quienes a su vez suben el precio al consumidor.
La inflación subyacente, la que se considera la parte medular en la formación de precios a mediano y largo plazo, aumentó por 21 meses consecutivos, lo que indica un daño mayor para los ingresos de los hogares.
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