Cuando se habla de diseño urbano, por lo general, se asume que son espacios neutros e indivisiblemente pensados para mujeres y hombres, sin embargo, las oportunidades y condiciones no son hechas con perspectiva de género.
Las ciudades son espacios de convivencia, y por ende, la asociación entre las relaciones sociales y el acceso a los servicios son determinantes en la configuración de cualquier entorno urbano.
Los roles que suponen a la mujer, como madre o trabajadora, exigen ciertas necesidades que tienen que ver con la infraestructura vial, las redes de servicios y los espacios públicos, especialmente en temas de seguridad.
La transición de las mujeres de los hogares a los entornos laborales trajo consigo ciertos cambios en el uso de los servicios, como el transporte urbano, donde los horarios exigen cumplir con las dobles o triples jornadas de trabajo, especialmente, cuando se habla de movilizar a los hijos, ir a alimentarlos o trasladarlos a otros lugares para sus cuidados y además cumplir con sus responsabilidades en el trabajo, por lo que la demanda de horarios es diferente para ellas.
Los espacios inclusivos requieren de reconocer las diferencias de las personas, desde sus necesidades específicas, por ejemplo, para aquellas personas que tienen que empujar un carrito de bebé o llevar las bolsas del supermercado, actividades que usualmente realizan las mujeres, implican otros esfuerzos que la planeación urbana no contempla; incluso, los discapacitados aún siguen padeciendo de la falta de sensibilización en temas de urbanismo.
Las políticas relacionadas a la planeación de los espacios públicos deben contemplar desde las rutinas de desempeño y el uso y disfrute de ellos, y reconocer que un infante, una mujer, un hombre o una persona de la tercera edad no viven de la misma forma una calle o un parque.
En este sentido, de acuerdo con un informe del centro de investigaciones Wilson Center, las niñas y las mujeres son objeto de temor, acoso físico y sexual y violencia en los espacios públicos todos los días. Esto restringe su libertad de movimiento e impacta su capacidad para participar en la vida pública, obtener educación y ganarse la vida. https://bit.ly/2vIrsWZ
La igualdad de género no sólo es un tema de derechos humanos, también de desarrollo económico, puesto que las mujeres contribuyen de manera decisiva a la prosperidad de las urbes.
La relación intrínseca entre los Objetivos del Desarrollo Sostenible promueve desde el objetivo 11 y 5 que las ciudades y asentamientos urbanos que sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles; al igual que se contemple la igualdad de género. https://bit.ly/2xwq9MX
La participación de las mujeres en todos los ámbitos ha sido una lucha constante por el reconocimiento de sus derechos, pero también por la visibilización de necesidades y retos que no se han examinado oportunamente, y mientras exista el acoso y la violencia en las calles, que afectan principalmente al género femenino, los trabajos en el ámbito de la cultura y la política deberán seguir procurando la igualdad, la inclusividad y la sustentabilidad en todo su significado.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n