Por la mañana se le vio sonriente y afable en la audiencia general en la plaza de San Pedro, pero horas después, el papa Francisco, de 86 años, fue internado en el hospital Gemelli de Roma, debido a una infección respiratoria. El pontífice “tuvo que someterse a controles médicos en la jornada debido a que en los últimos días se quejaba de dificultades respiratorias”, explicó Matteo Bruni, director de la oficina de prensa de la Santa Sede. “Los controles médicos pusieron de manifiesto una infección respiratoria, la cual va a requerir varios días de un adecuado tratamiento médico hospitalario”, precisó.
Fuentes del centro médico romano refirieron que el pontífice llegó en ambulancia tras presentar problemas cardíacos o respiratorios y que fue sometido a una tomografía computarizada, lo que dio pie a diversas preocupaciones sobre su real estado de salud, ya que la salud de los papas ha sido siempre un tema privado para el Vaticano, y por lo general es mantenida en secreto.
La conferencia episcopal italiana fue entre las primeras que le envió un mensaje de “pronta recuperación” a la vez que invitó a rezar por la salud del pontífice.
Joe Biden, el segundo presidente católico en la historia de Estados Unidos, pidió durante una recepción en la Casa Blanca “pronunciar una oración extra” por la salud del Papa.
Debido al internamiento, las audiencias de los próximos días fueron anuladas y se ignora si el papa Francisco podrá celebrar la misa del Domingo de Ramos, el 2 de abril, y las ceremonias de Semana Santa que suele encabezar.
El jesuita Jorge Mario Bergoglio, que adoptó el nombre de Francisco al ser elegido al frente de la Iglesia Católica, se traslada en silla de ruedas desde mayo de 2022 debido a una artritis en la rodilla derecha.
También, en julio de 2021 permaneció diez días en el hospital Gemelli, en Italia, por una delicada operación de colon. Esa intervención, contó más tarde, le dejó “secuelas” que lo llevaron a descartar una cirugía de rodilla aconsejada por sus médicos.