Jóvenes Construyendo el Futuro opera con anomalías en casi 35 mil beneficiarios

Jóvenes Construyendo el Futuro posiblemente no cumpla con su meta de hacer que los jóvenes mexicanos sigan con sus estudios de nivel superior y medio superior. En su primer año de desempeño, el programa actuó sin organización y casi 35 mil beneficiarios (9.7% del total) no cumplieron con los requisitos de elegibilidad.

Beneficiarios que llegan hasta los 72 años de edad, que no cumplen con el criterio de vivir por debajo de la línea de pobreza o que reciben dinero también del Programa Nacional de Becas, fueron algunas de las anomalías que encontró la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en Jóvenes Construyendo el Futuro, uno de los nueve programas prioritarios del gobierno de López Obrador.

En 2019, de un total de 357 mil 923 beneficiarios, el 1.0% (3 mil 744 alumnos) superó la edad máxima establecida de 29 años, al ubicarse en un rango de edad de 30 a 72 años; el 0.6% (2 mil 144 estudiantes) registró un ingreso per cápita de su hogar superior a la Línea de Pobreza por Ingreso (LPI), y el 8.1% (29 mil 024 estudiantes) era, también, beneficiario del Programa Nacional de Becas.

ASF encontró que 29 mil 360 (8.2%) alumnos recibieron más dinero que el que establece la beca, mientras que 16 estudiantes recibieron sólo un centavo.

En su primer año de ejecución, Jóvenes Construyendo el Futuro, en su modalidad educativa, benefició con una beca a 357 mil 923 estudiantes, que representaron el 9.7% de los 3 millones 702 mil 722 alumnos de educación superior inscritos en la licenciatura y el 25.5% de los 1 millón 401 mil 195 estudiantes susceptibles de ser becados. Es decir, el universo de alcance del programa aún es reducido.

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Jóvenes Construyendo el Futuro operó en el caos. No elaboraron los manuales de organización y de procedimientos en los que se determinaran las funciones y los ámbitos de actuación de las unidades responsables de la operación del programa. Tampoco emitieron lineamientos o reglas de operación para regular la selección de beneficiarios, el otorgamiento de las becas, ni la supervisión de la dispersión de los recursos.

El programa estrella de la 4T que busca hacer que los jóvenes no abandonen la escuela actúa a ciegas. No generó información, indicadores y metas para evaluar la contribución del programa en la permanencia y el egreso escolar de los alumnos becados, ni en la inclusión y equidad en la educación superior.

ASF otorgó 32 recomendaciones a Jóvenes Construyendo el Futuro para que mejore su operación y fiscalización.

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