En el quinto día del juicio en contra del exsecretario de seguridad pública federal, Genaro García Luna, el juez Brian M. Cogan aprobó bloquear las declaraciones del narcotraficante Tirso Martínez Sánchez alias El Futbolista, segundo testigo llamado por la Fiscalía estadounidense, al señalar que su testimonio “equivale a un rumor de culpabilidad del acusado”.
“El Gobierno no ha demostrado prima facie (a primera vista) alguna otra conspiración que involucre al acusado (García Luna) y este declarante, y francamente, si quería hacer sólo con el propósito de obtener estas declaraciones, la Corte lo prohibiría como un espectáculo secundario y una pérdida de tiempo”, señaló el juez de la Corte federal de Brooklyn al aprobar la moción de la defensa para desestimar el testimonio de Martínez Sánchez.
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Y es que fue por al menos hora y media que el capo apodado El Futbolista, en referencia a que llegó a ser dueño de equipos de futbol, y quien también atestiguó en el juicio en contra de Joaquín Guzmán El Chapo, abordó operaciones de narcotráfico que él mismo encabezó entre 1993 a 2001 aproximadamente en las cuales no involucró directamente a García Luna.
A solicitud del juez, los fiscales explicaron que el supuesto nexo entre Tirso Martínez y el exsecretario de seguridad recaía en que el narcotraficante conocía a dos sujetos identificados como Jorge y Anselmo, quienes conocían a García Luna y aseguraban que recibían protección desde la extinta AFI.
Sin embargo, el juez Cogan señaló que bajo la consideración de que no se tenía certeza del nombre completo de dichos personajes, o incluso si se trataban de sus nombres reales, subrayó que “la Corte no va a permitir que el jurado escuche lo que equivale a un rumor de culpabilidad del acusado”.
Entre contradicciones y alianzas
En el segundo día de interrogatorios a Sergio Villarreal Barragán El Grande, el capo terminó por contradecirse en más de dos ocasiones ante cuestionamientos de la defensa: uno de los momentos fue cuando en principio afirmó que nunca había visto a Arturo Beltrán Leyva asesinar a nadie, para después admitir que él estuvo presenté cuando acribilló a dos mujeres que habían hablado mal de su esposa. “Tomó un AK-47 y les voló la cabeza”, rectificó el capo.
En ese sentido El Grande también aseguró que Arturo Beltrán Leyva acostumbraba grabar sus reuniones con funcionarios corruptos, y refirió que llegó a tomar evidencia de algunos encuentros que tuvo con García Luna; no obstante aseguró que nunca tuvo en su poder esas cintas y que a la fecha aparentemente no las tenía el gobierno como evidencia.
Respecto a la complicidad de entre las fuerzas de seguridad y los grupos criminales, Villarreal Barragán señaló que de la ruptura entre el cártel de Sinaloa y la fracción de los Beltrán Leyva, agentes federales también asumieron un determinado bando e incluso los capos disfrazados de policías llegaron a detener a sus rivales en operativos.
De esa manera fue como el propio Sergio Villarreal aseguró que “yo formé parte del operativo” en el que sicarios de los Beltrán Leyva se hicieron pasar por agentes federales de la entonces Siedo para detener a Jesús Zambada El Rey, en octubre de 2008.
La defensa del exsecretario de Seguridad Pública federal no logró contraponer del todo los dichos del capo, de quien se aseguró que desde hace al menos un año cumplió su condena y fue liberado sin restricciones, por lo que aseguró que sus señalamientos no pretendían inculpar a García Luna para obtener algún beneficio.
No obstante reveló que muestra de los supuestos nexos entre Arturo Beltrán con García Luna implicaron que el entonces funcionario llegó a dotar al Cártel, aún aliados de los liderazgos de El Chapo y El Mayo, equipos de espionaje y vigilancia para inhibir llamadas y para escuchas telefónicas, los cuales habrían obtenido a través de “un tipo israelí" en la Ciudad de México.
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