En los Pre-criterios 2023, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) señala que el gobierno federal buscará mantener los equilibrios fiscales y macroeconómicos sin descuidar el bienestar de la población y que conducirá responsablemente las finanzas públicas para impulsar el crecimiento y el empleo con estabilidad y equidad.
Destacó que durante 2021 no se redujera la nota soberana del país por parte de las principales agencias calificadoras como ocurrió con otros países de la región.
También reconoció que en 2022 la economía crecerá menos que lo anticipado; aun así, plantea eliminar el estímulo fiscal de 0.3% del PIB aprobado por el Congreso.
Lo anterior puede tener implicaciones negativas en el crecimiento económico pues implicaría una menor demanda por parte del sector público. Además, la tasa de crecimiento prevista es optimista, pues se ubica en 3.4% para este año, lo cual es casi el doble de lo que anticipan los especialistas del sector privado encuestados por Banxico, cuyo promedio es de 1.76%.
Adicionalmente, la SHCP prevé mayores tasas de interés tanto para 2022 como para 2023, y las ubica en 7.8% y 8.0%, respectivamente, lo que elevará el costo financiero de la deuda. Sin embargo, de acuerdo con la misma encuesta de expectativas de especialistas del sector privado de Banxico, el promedio de tasas para este año y el próximo es de 8.0% y 8.25%, en cada caso; por lo que las estimaciones sobre el costo financiero podrían quedarse cortas.
Entre los riesgos que enfrenta la economía se encuentran: un escalamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania; mayores sanciones a Rusia que reduzcan el crecimiento global; un empeoramiento del desabasto de insumos para el sector automotriz; nuevas variantes de COVID-19 y una inflación persistente que provoque mayores tasas de interés tanto en México como en Estados Unidos.
Preocupa que gran parte del crecimiento del gasto neto total se sustente en mayores ingresos petroleros, los cuales históricamente han sido volátiles. Incluso el propio documento señala que se espera una reducción de este tipo de ingresos por 25.4% en 2023, y que los ingresos tributarios aumentarían 11.0% en ese mismo año.
Asimismo, es cuestionable si los estímulos fiscales al IEPS a gasolinas y diésel son la mejor forma de utilizar los ingresos públicos provenientes de la venta de petróleo; dado que son regresivos y su uso afecta al medio ambiente.
También cabe preguntarse si en lugar de otorgar esos subsidios a la gasolina no sería mejor brindar, temporalmente, ayuda para el transporte público a la población que más lo necesite a través de los programas sociales que ya existen. O incluso, mejorar el transporte público y destinar mayores recursos a la atención de salud y a mitigar los efectos del cambio climático. En teoría, los recursos recaudados por el del IEPS a combustibles automotrices deberían tener ese destino.
Las estimaciones contenidas en los Pre-criterios 2023 son optimistas y cuestionables. Es posible que a lo largo del año ocurran ajustes, reasignaciones y recortes en el propio presupuesto; o bien, que se recurra a un mayor endeudamiento. Ayudaría mucho contar con un consejo fiscal independiente que realizara proyecciones sobre parámetros como crecimiento potencial y precio del petróleo y que la SHCP utilizara estas estimaciones para la elaboración del presupuesto anual. También, que el Congreso exigiera una mayor transparencia y rendición de cuentas sobre la evolución de los recursos que cada año aprueba.