Para quienes no ubiquen o recuerden a este personaje, es un abogado y político mexicano que hoy se desempeña como presidente de la Liga MX del futbol mexicano. Más de uno se preguntará por qué viene esto a colación actualmente. Hagamos un poco de historia. En el 2018, Mikel fue candidato por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, elección que perdió para dar paso a la actual administración que encabeza Claudia Sheinbaum.
En aquella lejana elección de 2018 muchos agradecimos la claridad de la postura ultraconservadora de Mikel Arriola, pues esa transparencia nos permitió no colocar al frente de la capital del país a una mente retrógrada que disfrazaba su homofobia y misoginia de diálogo abierto, pues fueron muchas las veces que se pronunció en contra del matrimonio igualitario, la adopción homoparental, la interrupción del embarazo y el uso lúdico de la mariguana, hoy derechos reconocidos constitucionalmente y que están por ser realidad en las entidades del país.
La presidencia de la Liga MX le llegó tras la ausencia pública y como premio de consolación, después de la tunda recibida en las urnas, a partir de enero de este año está al frente de la liga mexicana. Si bien es cierto que recibió dicha responsabilidad en medio de la pandemia provocada por la Covid-19, sus declaraciones y comportamientos han ocasionado una pérdida de cuatro mil 400 millones de pesos para la liga del país, demostrando que su mala gestión y falta de sensibilidad social y política podrían salirle aún más caras a uno de los principales deportes de este país.
Más preocupado por el dinero que por los derechos de la comunidad LGBT+, la realidad es que atender los diversos llamamientos hechos por la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) para que no se agravaran las sanciones al balompié mexicano por el ya famoso grito de “¡eeeh, puto!” en los estadios no fue su prioridad.
Hoy la Federación Mexicana de Futbol (FMF) enfrenta una crisis ante la FIFA y la opinión pública internacional por no haber hecho lo necesario para erradicar de los estadios el vergonzoso y discriminatorio grito. La Comisión Disciplinaria de la FIFA ya ha tomado acciones más contundentes contra México, quien no podrá contar con aficionados en sus próximos dos partidos internacionales jugando como local, y de persistir el problema, la Selección Mexicana podría quedar fuera del mundial de Qatar 2022.
Ante esto, los clubes están tomando sus propios caminos para erradicar el discurso homofóbico de los estadios. El pasado 26 de abril el Cruz Azul dio el primer paso sumándose al Pride 2021 en redes sociales y haciendo énfasis en la inclusión dentro y fuera de las canchas. Todo parece indicar que Mikel comienza a perder fuerza como directivo de la liga y no sólo eso, ha convertido el problema con la FIFA en una negociación de la FMF, deslindándose de toda responsabilidad.
El discurso homofóbico, racista y discriminatorio es sin duda el principal problema que enfrenta la liga hoy en día, mismo que podría complicar su fusión con la MLS y dejar sin mucho más que ofrecer por parte de su directivo.
Del 2018 a la fecha parece que Mikel Arriola no ha entendido la necesidad de evolucionar no sólo el discurso, si no el pensamiento. Los aficionados que aún emiten este grito peyorativo tampoco lo han entendido y han decidido juntos poner todo en juego. Aún queda esperar las últimas negociaciones del viernes con la FIFA y saber ¿hasta dónde su propia idiosincrasia afectará al futbol mexicano? Eso está por verse, pero más allá de eso, ¿hasta dónde llevará su rechazo y cerrazón a los derechos de la comunidad LGBT+?
El mismo conservadurismo y homofobia que lo dejó fuera de la Jefatura del gobierno de la Ciudad de México, puede dejarlo fuera del futbol. Lastimosamente también puede dejar fuera a la selección mexicana de futbol del próximo mundial.