La era de los efectos visuales

19 de Julio de 2025

Dany Saadia

La era de los efectos visuales

Somos testigos de tal avance en la espectacularidad y verosimilitud de los efectos que no debería extrañarnos que nuestra existencia sea simplemente un enorme reality show que proyectan en los confines de otro universo distinto al nuestro.

Si quieren pruebas tomen cualquier película de superhéroes reciente, de catástrofes o simplemente las vistas de Atlantic City de 1920 de Boardwalk Empire y díganme si no son tan reales como su recibo de luz.

Hemos llegado a un punto en el que si eres capaz de imaginarlo eres capaz de plasmarlo en una pantalla (si dispones del suficiente presupuesto). La calidad y sofisticación de los efectos visuales era algo que ya se veía venir desde hace más de una década. Spielberg no quiso hacer Tintín, a pesar de que contaba con los derechos, hasta que la tecnología no estuviera a la altura. Lo mismo aplica para Avatar de James Cameron, que fue capaz de aparcarlo durante más de una década porque estaba convencido que lo mejor en efectos estaba por llegar.

Pues ese momento ha llegado, como un goteo, pero está aquí. Atentos a las cifras de planos de efectos visuales por película:

Terminator 2 (1991) - 54 planos Gladiator (2000) - 115 planos Life of Pi (2012) - 690 planos Sin City 2 (2014) - Más de 2000

Y para saber en qué punto estamos ahora simplemente vean Avengers 2, con más de 3000 planos de vfx que batieron el récord de Guardians of the Galaxy (que tiene 2750 planos). Pero no nos engañemos, los efectos visuales son una herramienta que hacen posible algunas cosas imposibles, pero no todas. No son capaces de convertir un guion malo en un guion excepcional, ni mucho menos de hacer el mismo proceso con directores. Un ejemplo de como la tecnología estropeó a un director decente: ¿han visto Green Lantern (2011)?

Se trata de una herramienta. Como un bisturí, que bien usado puede salvar la vida de un paciente y mal usado servirlo a la Stróganov al más puro estilo Hannibal Lécter. Es decir, dependiendo quién use la herramienta, el resultado será uno u otro. Un ejemplo lo tenemos con el buen uso de los efectos visuales del Gravity (2012) de Alfonso Cuarón. Los efectos visuales –y la constante presencia de Emmanuel Lubezki, no nos equivoquemos- le ayudaron a contar la historia con un virtuosismo sin medida. La historia puede ser mejorable, cierto, pero la manera de contarla era desde mi punto de vista impecable, innovadora y refrescante.

¿Recuerdan la secuencia de apertura de Social Network? El personaje principal habla con su novia en un bar con un diálogo rápido y furioso que marcaría el ritmo del resto de la película. Pues la multitud del bar y cada uno de los actores fueron rodados con una técnica de Split screen y luego fundidos en el montaje en un solo plano. Había tanto material rodado y tantas opciones creativas que el editor, Angus Wall, necesitó 3 semanas para montar sólo ésta secuencia.

Pero como con la energía nuclear, cada tecnología tiene su lado oscuro. En el caso de los efectos visuales son las películas cuya idea controladora es exactamente… los efectos visuales. Tres ejemplos más que gráficos: The day after tomorrow (2004), 2012 (2009) y San Andreas (2015). En todos los casos en lugar de aplicar el workflow o plantilla de trabajo sobre la postproducción y efectos visuales, lo hicieron sobre la historia. Por ejemplo, un proceso geológico o meteorológico que a pesar de tardar años en suceder, sucede en 90 minutos. Los protagonistas o lo sabían o lo averiguan antes que nadie. Y tienen familia, claro, (separada o desestructurada), y tienen que rescatarla, por supuesto, cosa que consiguen in extremis con peripecias inverosímiles, cómo no.

Y dirán… es que el cine de catástrofes es así, lo que nos gusta es el rollo survival, y apocalíptico. Bien, no hay problema, entiendo. Es un género, pero eso no justifica que todo el peso de la historia lo lleven los efectos.

Recuerdo Clash of Titans (1981) para los estándares de la época era espectacular también y tenía un reparto de lujo al que ni se acercan los Avengers (2012), pero al menos nos intentaban contar una historia y no invitarnos a una sesión interminable de fuegos artificiales. Porque comparada con la del 2010 podríamos ponerla al nivel de la merde de Episodio I de la saga de Star Wars.

@Dany