Es cuestión de tiempo. Cada vez es más complicado desplazarse de un lado a otro en esta ciudad y a pesar de tener un transporte público que durante los últimos años intenta una y otra vez reinventarse y ofrecer mejores alternativas, simplemente no es suficiente.
Es importante destacar que el crecimiento del parque vehicular en la Ciudad de México durante los últimos años, es uno más de los factores que ocasionan una saturación en las calles, con más de 4.7 millones de vehículos circulando, según cifras oficiales del INEGI. Pero otro gran problema es que el trasporte público no es lo suficientemente grande para atender al 75% de la habitantes de esta ciudad que lo utilizan diariamente. Y el detalle interesante: El 65% de los habitantes que utilizan el transporte público de manera regular considera que la calidad del servicio es pésima o mala.
Pero al parecer estas cifras importan poco en un país donde la industria automotriz representa un impacto grande en la economía y así, este 2016 se vendieron más de 1.5 millones de autos, cifra que se espera crezca de manera moderada el año entrante y se coloquen en las calles poco más de 1.7 millones de autos nuevos.
Porque aunque todas las semanas se expongan los problemas que presenta el trasporte público como la falta de capacidad, la inseguridad, el mal servicio y el estado de deterioro en el que se encuentra, nuestro gobierno local insiste en meter todavía más vehículos a la ciudad. Hace unos días, el jefe de gobierno capitalino presentó unos taxis híbridos, con la bandera de ser un gobierno responsable con el medio ambiente. El problema es que al meter estos nuevos taxis, no sabemos a cuentos va a reemplazar y mientras eso no suceda, la cantidad en las calles seguirá aumentando.
Así que por lo pronto, nos encontramos ante el mismo dilema: Si el trasporte público no es lo suficientemente seguro y eficiente para transportar a la mayoría de los habitantes que lo usan y el gobierno impulsa la venta de autos sobre las mejoras en el sistema, ¿Entonces la solución es comprar un auto?
Es importante entender que el tema de movilidad y la manera que se desplazan los habitantes de una gran ciudad como la nuestra no depende solamente de la capacidad y el estado de la infraestructura del transporte público ni del tamaño del parque vehicular, depende de muchos factores más:
De la libertad que tiene una persona de caminar por las calles, de día o de noche y sentirse seguro, protegido por la autoridad local.
De alternativas como utilizar de manera responsable una bicicleta o el sistema EcoBici, con rutas seguras y un respeto mutuo entre ciclistas, autoridades y transportistas.
De la adopción de alternativas como Econduce, con scooters eléctricos que transportan a usuarios en horas pico, reemplazando un auto por una moto que no contamina.
De la capacidad y obligación que tenemos como ciudadanos para exigirle al gobierno un sistema de transporte público digno, seguro y capas de cumplir con las necesidades de sus habitantes. Transparentando los procesos y el dinero invertido, logrando mejoras en base a la voz y la opinión de la ciudadanía, que es quién realmente lo utiliza y lo vive día a día.
No estamos lejos de ciudades alrededor del mundo donde el transporte público es un tema que se presume y funciona bien, el tema es que hoy las primeras planas las ocupan esas “innovaciones” como los nuevos taxis híbridos, pero los problemas de quienes realmente lo utilizan como los asaltos, el mal servicio, los accidentes y demás detalles no son noticias importantes, porque son situaciones de todos los días.
El gobierno debe de aprovechar el ecosistema emprendedor en México que está listo para atacar y dar soluciones viables a este tipo de problemas. Soluciones basadas en necesidades humanas, no en egos políticos. La ciudad lo necesita. Los usuarios lo necesitan. El 2017 lo pide a gritos.