Avestruz
Patricia Dávila, secretaria general de la UNAM, ha dejado solo al rector ante los recientes acontecimientos que han sacudido a la institución

CIUDAD DE MÉXICO, 05SEPTIEMBRE2018.- Miles de estudiantes facultades, preparatorias y CCH de la UNAM marcharon de la facultad de Ciencias Politicas y Sociales hacia rectoria para exigir salgan grupos porriles de la UNAM y exigir justicia para los estudiantes agredidos durante una marcha en Ciudad Universitaria. FOTO: SAÚL LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM
Cuando el bloque negro atacó, hace unos meses, el Centro Cultural Universitario con el pretexto de la gentrificación, ella escondió la cabeza y no apareció por ningún lado, cuando ocurrió la desgracia del alumno asesinado en el CCH Sur tampoco se supo de ella, cuando empezaron a cerrar facultades y escuelas, no dijo nada a pesar de ser la responsable de coordinar a las y las directores de las diferentes unidades académicas, cuando el 2 de octubre los encapuchados reaparecieron para arremeter contra la sede de Tlatelolco del CCU, nadie escuchó sus palabras, pero ahora que se supone que las clases presenciales en la UNAM se normalizan, aparece para firmar el comunicado oficial que así lo informa.
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Se llama Patricia Dávila, cobra como secretaria general de la universidad, pero parece que a ella sólo le corresponde ser la vocera de las buenas noticias. Es el clásico funcionario que nunca aparece cuando hay que enfrentar y solucionar problemas, pero está en primera fila para salir en la foto cuando se trata de lucirse. Protagónica cuando hay que presumir, pero ausente cuando hay que trabajar para resolver, Dávila es la otra del primer círculo, que ha dejado solo al rector Leonardo Lomelí cuando la situación de la UNAM se ha complicado y por ello, ha requerido de más trabajo y verdadero compromiso público de sus directivos.