Fraude y enojo

Si el Mundial de Futbol ha sido elegido y convertido por las autoridades gubernamentales en una herramienta fundamental para la proyección del país y de su transformación, México no puede permitir incidentes, o fraudes dicen algunos, como el de la empresa de boletos Franki, vendedora de las entradas para la reinauguración del Estadio Azteca con el juego México-Portugal, con Christiano Ronaldo como imán de taquilla. Unos dicen que se trató de evitar un hackeo y otros que los boletos, agotados en la plataforma de Franki, en realidad están ya en la reventa. Cualquiera que sea la verdad, lo que hay en la afición futbolera es mucha frustración y enojo porque no hubo la venta en línea prometida, porque la empresa ha sido opaca y porque algunos aseguran que ya no habrá venta en línea. Engañar y hacer enojar a los aficionados es la mejor manera de convertir al futbol en un amplificador del enojo social y la protesta, cuando debería ser un elemento de unidad y buen ánimo nacional con el evento mundialista a la vuelta de la esquina. Banorte ha hecho un esfuerzo admirable en la remodelación del estadio que llevará su nombre y no merece ser arrastrado a estos escándalos.