Gasolina de fayuca
Desde hace por lo menos ocho años se ha instaurado en el país una práctica que causa pérdidas millonarias para las finanzas públicas

El huachicol fiscal, una actividad ilegal que debe atenderse.
/Especial
Se le llama huachicol fiscal, pero en realidad no es robo de combustible sino algo muy distinto: contrabando de combustible, gasolina de fayuca. No es un robo a Pemex sino algo más grave, un robo directo al erario nacional.
Se trata de gasolina producida en otro país e ingresada a México, desde el extranjero, sin pagar los impuestos de importación respectivos, que en este caso son el IEPS y el IVA. Para evadirlos, los importadores documentan el producto, con la complicidad de un agente aduanal y de quién sabe cuántas personas de la Agencia Nacional de Aduanas de México, como aceites de diferentes tipos, productos exentos del IEPS, cuando en realidad son combustibles refinados de petróleo.
El daño a la hacienda del país es de miles de millones y por lo que se sabe, esta conducta lleva por lo menos ocho años de haberse convertido en una operación regular. Todo un caso que Raquel Buenrostro tendrá que investigar y exhibir.