Guerra Santa
Crear un enemigo, inventarse una guerra, son lecciones del curso básico de populismo en cualquier parte del mundo. Y Netanyahu lo sabe

Israel e Irán intensifican su enfrentamiento militar y político.
/FOTO: BASHAR TALEB/AFP
Si no se veía como una Guerra Santa, las declaraciones del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu sobre la posibilidad real de asesinar al líder supremo de la revolución iraní, el ayatola Alí Jamenei, le han dado una vuelta más a una tuerca que ya estaba muy apretada.
La temperatura en el mundo no estaba para nuevos conflictos y un envalentonado Netanyahu, que se siente absolutamente respaldado por el presidente de los Estados Unidos, la ha elevado varios grados en los últimos días.
No hay que olvidar que hace menos de dos años, en Octubre de 2023, Netanyahu era un “pato cojo” a punto de ser destituido porque intentó terminar con la división de poderes y someter al Poder Judicial de su país. Pero a partir de que el 17 de aquel mes, después del ataque terrorista de Hamas, el pato cojo se convirtió en un halcón perfectamente atado al poder. Crear un enemigo, inventarse una guerra, son lecciones del curso básico de populismo en cualquier parte del mundo.