La forma es fondo
El hecho de que Adán Augusto y otros morenistas hayan quedado relegados durante el evento del domingo en el Zócalo no es casualidad ni venganza

Claudia Sheinbaum pidió que Adán Augusto López dé su versión sobre los señalamientos contra su exsecretario de Seguridad en Tabasco, acusado de vínculos con La Barredora.
/Fotos: Cuartoscuro
Se ha dicho, escrito y ejemplificado hasta el cansancio: en política no existen las casualidades y sí, la forma es fondo. La distancia física que puso la presidenta Claudia Sheinbaum de personajes como Adán Augusto López, claramente relegado durante el evento político de celebración del primer aniversario de su gobierno, no es solo una consecuencia de aquella descortesía del 10 de marzo pasado, cuando en el mitin morenista de rechazo a los aranceles anunciados por Donald Trump, la ignoraron para tomarse una foto con Andy López Beltrán.
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El trasfondo es mucho mayor: los escándalos del huachicol fiscal, de Bermúdez Requena y La Barredora, además de la hipótesis norteamericana de que parte de las ganancias del contrabando de combustible sirven para financiar algunas campañas de Morena, se han desbordado y las consecuencias son evidentes e inevitables. Quienes esperan que la presidenta rompa con su antecesor se quedarán con las ganas. Ella no necesita deslindarse de nadie. Lo que hace, con sus mensajes y su actuación diaria, es marcar su territorio. Los mensajes ahí están y los verá aquel que quiera entender.