Sanción ridícula

2 de Agosto de 2025

Sanción ridícula

Los acordeones de la pasada elección judicial han tenido su sanción, aunque no era lo que se esperaba, lo cual es peligroso

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El concepto de victoria pírrica bien puede aplicarse a lo que ocurrió en la sesión del Consejo General del INE de ayer. Aprobar multas a los integrantes de la futura Suprema Corte por el tema de los acordeones no le genera al órgano electoral ninguna credibilidad y, por el contrario, le representa un costo y un desgaste que no necesita.

El argumento del consejero Jaime Rivera, quien advirtió que no sancionar el uso de propaganda ilegal, los acordeones, alentaría la repetición de esa práctica en futuras elecciones, es por decir lo menos, infantil. Si violar la ley amerita una multa, pero asegura un lugar, durante 15 años, en el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no hace falta mucha preparación para saber que el mensaje enviado es: actúa ilegalmente resulta un negocio rentable.

Cuando la sanción es ridícula, como en este caso, lo más conveniente es no imponerla porque hacerlo parece un intento burdo de lavarse la cara. Bien la consejera presidenta, Guadalupe Taddei, que votó en contra de la propuesta de las sanciones, aunque en este caso perdiera la votación.