Tala en el Bosque de Agua
Las autoridades necesitan prestar atención a lo que ocurre en este bosque, el cual se ubica en el Estado de México, Morelos y la Ciudad de México
Zona boscosa en Brasil.
/PABLO PORCIUNCULA/AFP
La tala ilegal se ha convertido en uno de los problemas más grandes y menos atendidos en el país. El Bosque de Agua que comparten el Estado de México, Morelos y la Ciudad de México, desde el Desierto de los Leones hasta El Tepozteco, pasando por las Lagunas de Zempoala e incluyendo, por supuesto, toda la zona rural de Tlalpan, es una de las regiones más afectadas y atacadas por las mafias madereras. Los videos de flotillas completas de tractocamiones sustrayendo troncos gigantes, previamente talados, por los caminos de Huitzilac, están a la vista de todos en redes sociales.
Hoy el país tiene, en Alicia Bárcena, a una secretaria del Medio Ambiente que sí entiende del tema y a quien sí le importa la sustentabilidad, pero mientras otras autoridades no respalden de forma decidida, con acciones, la defensa del patrimonio ambiental, el Bosque de Agua seguirá perdiendo hectáreas y tanto la CDMX como Cuernavaca y Toluca, sufrirán las consecuencias de la tala ilegal.
Si los agentes del Ministerio Público siguen sin dar curso a las denuncias por delitos ambientales, si las fuerzas del orden no persiguen a los taladores y si las autoridades ambientales de la Ciudad de México siguen más pendientes de la ideología y de sus redes sociales que de la conservación, el deterioro continuará hasta volverse irreversible.