Vapeadores en manos criminales
Siguen sonando, y mucho, las declaraciones que se hicieron en Estados Unidos sobre la relación de los vapeadores con el crimen organizado
Uso de vapeadores
/Redes
El exsecretario de Defensa de Estados Unidos, Mark T. Esper, reabrió un incómodo debate sobre seguridad regional al afirmar que la prohibición de vapeadores en México no sólo no frenó su consumo, sino que alimentó un mercado clandestino ahora controlado por redes criminales. Desde su análisis, compartido en USA Today, la política mexicana creó un incentivo directo para el contrabando, al dejar sin oferta regulada un producto que sigue teniendo amplia demanda. El vacío normativo se convirtió en una oportunidad para los cárteles, que ampliaron su portafolio de mercancías ilícitas y fortalecieron su flujo financiero en la frontera. Esper reconoce que aunque hay notables muestras de cooperación del gobierno de Claudia Sheinbaum, los vetos a productos como los vapeadores explican por qué las organizaciones delictivas conservan capacidad económica incluso frente a extradiciones y operativos recientes. Al cerrar por completo el comercio legal, el país empujó el consumo hacia circuitos clandestinos donde los criminales ya tienen capacidad logística.