Esta mañana, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, dijo que, en el aumento de los casos de Covid-19 que se está dando en México desde hace nueve semanas, “lo que vemos es el comportamiento de la variante Ómicron, principalmente predominan las variantes BA.4 y BA.5”; sin embargo, los datos de las secuenciaciones del coronavirus indican otra cosa.
De acuerdo con el banco de datos GISAID, en la segunda quincena de mayo, que es la información más reciente reportada, la presencia de la subvariante de Ómicron BA.4 fue de apenas 4% y la de BA.5 de 9%; mientras que la BA.2.12.1 se ha detectado en el 41% de las muestras de coronavirus secuenciadas.
Según la misma fuente, la subvariante dominante en México al inicio del periodo de nueve semanas era la BA.1.1, con el 39% de los casos, situación que se modificó para mediados de abril, cuando BA.2 fue la dominante, posición que mantuvo hasta la primera quincena de mayo, cuando fue superada por BA.2.12.1.
La confiabilidad de estos datos es limitada debido a que en México, desde principios de 2022, se están haciendo menos secuenciaciones de las que se hicieron el año pasado.
El subsecretario agregó que, con esta quinta ola, “lo que se espera es una enfermedad mayormente leve en las personas. Hay síntomas muy parecidos al catarro común, esto suelen darlo los coronavirus, y ahora este virus SARS-CoV-2 también lo da con la variante Ómicron”.
Estas declaraciones de López-Gatell, que no fueron acompañadas por recomendaciones como mantener el uso del cubrebocas y la distancia social y que no han tenido una fe de erratas con respecto a las variantes, se contradicen con los que han señalado otros expertos en los últimos días.
“Realmente estamos jugando con fuego”, dijo, por ejemplo, Maria Van Kerkhove, líder técnica para Covid-19 de la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Estamos preocupados por la evolución que habrá, estas no son las últimas variantes”.
La experta señaló a finales de la semana pasada que es necesario hacer más pruebas y más secuenciaciones, para evaluar a las variantes en términos de su transmisión, severidad e impacto en la salud pública. “El número de secuencias que se han compartido, que podemos analizar, ha caído precipitadamente y estamos viendo muy, muy pocas secuencias en este momento”.
Además, parece haber evidencia de que BA.5 causa enfermedad más grave que variantes previas de Ómicron y de que las reinfecciones, aun si no causan enfermedad grave, “contribuyen a riesgos adicionales de mortalidad por todas las causas, hospitalización y resultados adversos para la salud en los sistemas de órganos pulmonares y extrapulmonares”.
Confiado. López-Gatell se abstuvo de recomendar el uso de cubrebocas y la sana distancia.
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Quinta ola de Covid-19 cobra fuerza en México