Los científicos lamentan “ignorancia y falta de ética”
Académicos e investigadores aseguran que no hay evidencia de prácticas de corrupción en los fideicomisos destinados a ciencia
La comunidad científica lamentó hoy la aprobación de diversas reformas en el Senado de la República para extinguir 109 fideicomisos, que le permitirán al gobierno federal contar con más de 68 mil millones de pesos.
“Es triste ver a una Cámara de Senadores que se cierra por completo a escuchar razones”, dijo David Romero, presidente de la Sociedad Mexicana de Bioquímica.
Para Brenda Valderrama, presidenta de la Academia de Ciencias de Morelos, tanto la sesión de anoche como las declaraciones en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, fueron “un entramado de falacias”.
Una de estas falacias, dice, fue partir “de una acusación de corrupción en los fideicomisos; sin embargo, por lo menos en los de ciencia, no hay una sola evidencia, no han podido meter ni una sola denuncia”.
“Es muy fácil hacer el juicio en redes con una tribuna diaria y no tener una prueba de ello”, comenta el físico y coordinador del Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM Alejandro Frank.
“Los fideicomisos de ciencia —añade Valderrama— tenían, todos, órganos de control, reglas y manuales de operación y eran fiscalizados por la ASF todos tenían que presentar informes financieros auditados anuales. No te garantizo que no haya habido corrupción en todos estos años, lo que sería muy difícil es que no hubiera sido detectada”.
Sobre las acusaciones que hizo la titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, María Elena Álvarez Buylla, “sorprende la superficialidad del análisis, porque uno esperaría que hubiera antecedido a la iniciativa”, dijo Romero.
Agregó que fue un error mencionar el Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) “como si fuera un fideicomiso, cosa que jamás ha sido… Además, habla de las empresas como entes satánicos a los que no hay que apoyar”, cuando son fundamentales para que haya un ecosistema sano de innovación y “en su propia administración se otorgan estímulos fiscales a empresas… es un doble discurso”.
Torpeza y afán de poder
“Estamos viendo que hay un afán de centralización extrema del poder y de los recursos en el gobierno federal”, opinó Olivia Gall, politóloga e investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM.
“Lo que vimos —añade Romero— fue un poder Legislativo sometido a las opiniones del Presidente y utilizando una mayoría como no debiera de hacerse en una democracia. Es función de una mayoría escuchar y consensuar”.
Además, apunta Valderrama, “no solamente fueron los fideicomisos, se desapareció completo el sistema de fondos, al derogarse la sección 4 de La Ley de Ciencia y Tecnología, que daba sustento jurídico y forma al sistema nacional de fondos”, lo que significa que Conacyt se queda sin los fondos y sin reglas de operación para los mismos. “Se regresa al Conacyt de 1985, cuando sólo daba becas”.
“Me parece que se ha mostrado ignorancia y falta de ética al, de un plumazo, terminar con los pocos mecanismos que existían para apoyar a la ciencia, la tecnología y a muchas otras causas como los derechos humanos, el cine y la cultura en general”, subrayó Frank.