Los récord de papel a la mitad del camino

6 de Mayo de 2024

Los récord de papel a la mitad del camino

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El crecimiento anunciado por el mandatario federal no será suficiente para la economía mexicana, y en algunas de sus declaraciones se nota una evidente contradicción con la información oficial

A punto de iniciar la segunda mitad del sexenio de la llamada Cuarta Transformación, el presidente resaltó siete récords económicos de su administración: dos de ellos son falsos, tres son verdades a medias y dos son ciertos.

Resaltó como un logro de su administración que la economía crecerá 6.0% en 2021, aunque omitió precisar que ese rebrote es insuficiente para resarcir los dos años de recesión, y que será hasta el cuarto trimestre de 2022 cuando se tenga otra vez el tamaño del PIB que recibió de Enrique Peña Nieto.

Quizá considerando inhibir la inversión privada, que genera empleos formales y tributación, el presidente dijo que “se dejó de entregar concesiones a particulares en minas, agua, hospitales, puertos vías férreas, playas, reclusorios y obras públicas; pero lo más importante, hemos detenido las privatizaciones en el sector energético, en petróleo y electricidad”.

Más allá de mejorar la legislación actual, advirtió también que “sin las onerosas asociaciones público-privadas, las llamadas APP, o el otro invento contra la hacienda pública llamado Pidiregas”, ahora con recursos de las arcas de la nación y asumiendo el riesgo, el Estado construye carreteras, presas, hospitales, universidades, escuelas, acueductos, sistemas de drenaje, plantas de tratamiento de aguas residuales, puentes refinerías, vías férreas, centrales eléctricas, aeropuertos, cuarteles, bibliotecas, parques, mercados, estadios y unidades deportivas, entre otras obras.

Los Pidiregas son los Proyectos de Inversión Diferidos en el Gasto, es decir proyectos de inversión que se pagan más allá de un ejercicio fiscal anual.

La eliminación de las APP y Pidiregas se hace en un periodo donde López Obrador, con todo y recesión doble (económica y sanitaria) registra un gasto público neto pagado de 17.1 billones de pesos en los primeros 32 meses de su sexenio.

Ese monto es casi 6.0% más que lo erogado en el mismo periodo del sexenio de Enrique Peña Nieto, 34% más que con Felipe Calderón, 100% mayor que con Vicente Fox y 158% más que con Ernesto Zedillo; variaciones reales respecto al mismo periodo sexenal.

Un punto a resaltar es que si bien, la actual administración tiene el mayor gasto en la historia (en el periodo de análisis), el rubro canalizado a la inversión física reportó un desplome de 39 por ciento. Con López Obrador se invirtieron 1.744 billones de pesos, cifra que representó 1.1 billones menos respecto a los 2.86 billones del periodo de Peña Nieto.

Récords de papel

Con dedicatoria a “los tecnócratas neoliberales” y un “tengan para que aprendan”, en Palacio Nacional, el presidente resaltó lo que para él son cifras históricas, aunque en la realidad no lo sean. “Aprovecho para recapitular: récord histórico en remesas, récord histórico en inversión extranjera, récord histórico en incremento al salario mínimo, récord histórico en no devaluación del peso, récord histórico en no incremento de deuda, récord histórico en aumento del índice de la Bolsa de Valores, récord histórico en las reservas del Banco de México”, presumió el presidente López Obrador.

Ante miembros de su gabinete, el presidente repitió la información de la Secretaría de Economía que lleva Tatiana Clouthier.

“La inversión extranjera (directa, IED) en el primer semestre fue de 18 mil 433 millones de dólares, 2.6% mayor a la registrada en el mismo periodo del año pasado y la mejor en la historia del país”.

Sin embargo, los datos del Banco de México señalan que la IED en el primer semestre sumó 18 mil 433 millones, el mismo monto señalado por el presidente; sin embargo, esa cifra representó una contracción de 23.2 por ciento.

Incluso, esa variación negativa fue la segunda más pronunciada durante una década.

Según el banco central, el encargado de procesar las cuentas del exterior, en los primeros 10 trimestres del gobierno de López Obrador, en cuatro trimestres la IED aumentó y en seis disminuyó. Incluso, en los cuatro más recientes, disminuyó. Con lo anterior se desprende que ese récord anunciado no es real.

Por su parte, es real el máximo histórico en remesas. En 2020, llegaron al país más de 40 mil 600 millones de dólares y para 2021, dijo el presidente, “estimamos, de acuerdo al comportamiento hasta el día de hoy, que superarán los 48 mil millones de dólares, es decir, 18%”.

Ese explosivo crecimiento de dólares que envían los connacionales que trabajan en Estados Unidos a México, es producto de los multimillonarios programas de apoyo de los gobierno de Donald Trump y Joe Biden para reactivar la economía de la Unión Americana.

Son recursos que envían mexicanos que no encontraron oportunidades laborales en el país, tanto en gobiernos pasados como en el actual.

Sobre el incremento del salario mínimo, sí es un récord histórico. Sin embargo, desde su llegada a la presidencia, derivado de las perspectivas económicas, el número de trabajadores que cobra hasta un salario mínimo pasó de 8.6 millones a 14.0 millones, es decir casi 5.5 millones más cobran el mini salario.

Considerando los que ganan de uno hasta dos salarios mínimos, en la administración actual se pasó de 23.5 a 33.9 millones más.

Es decir, hoy 10 millones de mexicanos son de ingresos bajos.

Lo anterior también fue un golpe a la clase media, ese segmento de la población que el presidente llamó “Individualista, arrogante y sin valores”.

En lo que va de su gobierno y hasta julio pasado, la clase media disminuyó en casi 6.0 millones, al pasar de 16.8 millones a 10.8 millones de trabajadores que cobran mensualmente entre 8 mil 520 y 21 mil 250 pesos.

Sobre el récord de “ no devaluación del peso”, es otra verdad a medias. En los primeros 33 meses de su sexenio, el peso tuvo una depreciación de 5.5 pesos al pasar de 18,80 a 24.27 en sus rangos máximos y mínimos.

Ese desliz fue mayor al de 4.3 pesos que se tuvo en igual periodo con Peña Nieto. Aunque esa apreciación se revierte al considerar la depreciación porcentual, con Peña fue de 35.5% y con López Obrador de 29.0 por ciento.

Respecto a la deuda, datos de la Secretaría de Hacienda muestran que el saldo bruto de la deuda del sector público federal, en pesos, tuvo el menor incremento en los últimos tres sexenios. En los 32 meses del sexenio de López Obrador, aumentó en 642 mil millones para llegar a 13.1 billones.

En dólares y mediciones del mismo saldo, se tuvo el mayor incremento desde la época de Ernesto Zedillo, con 107 mil 245 millones para quedar a julio en 656 mil 421 millones de dólares.

En cuanto, al arribo de inversión a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), es real. En los primeros 33 meses del gobierno de la cuarta transformación, el índice bursátil aumentó 28% nominal, incremento muy superior al 5% alcanzado en igual periodo de Peña Nieto y al 13% con Felipe Calderón.

El récord de las reservas internacionales, es otra media verdad. Hasta agosto se registraron poco menos de 205 mil 400 millones de dólares, 31 mil 484 millones más en la administración de la 4T. Es el mayor incremento en los últimos cuatro sexenios.

Sin embargo, ese monto se logró por los recursos (derechos especiales de giro, DEG del FMI). Sin esos recursos, con Peña Nieto y Vicente Fox se habría reportado un mayor incremento. Incluso, el incremento porcentual entre lo que se recibió al inicio de cada sexenio y el saldo al mes 33 de cada sexenio, el mayor incremento porcentual se tuvo con Vicente Fox con un 60 por ciento.

Política energética

El presidente le puso fecha a su contraataque para impulsar a las empresas del Estado, Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Puntualizó que este mes enviará al Congreso de la Unión una “iniciativa de reforma constitucional que permitirá reparar el grave daño que causó la privatización” donde las “plantas de la Comisión Federal de Electricidad fueron completamente abandonadas”.

Con quejas nacionales e internacionales, de empresas y del mismo gobierno de Estados Unidos, el presidente tiene la meta de regresar a Pemex y a la CFE al monopolio estatal.

En el caso de Pemex, se trata de la petrolera más endeudada del mundo. La compañía está en quiebra técnica, es decir su deuda supera el valor de todos sus activos.

Incluso, en los primeros 32 meses del gobierno de López Obrador, sólo 10 veces ha tenido números negros en su balance antes de transferencias.

En materia de empleo, aseguró que en un par de meses alcanzarán el nivel que había antes de la pandemia. Sin embargo, olvida que cada año la economía debe generar más de un millón de empleos para los jóvenes que cada año se integran al mercado laboral.

Entonces, en noviembre se tendrá otro déficit de 1.7 millones de puestos de trabajo.

En suma, estos son parte de las verdades a medias, los hechos reales y las cifras falsas de la mitad del camino de López Obrador.

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