Minutos después de las siete de la mañana, se le vio portando un traje azul, camisa blanca y corbata de franjas en rojo y azul. Salió sonriente el presidente Andrés Manuel López Obrador a su mañanera, aunque pintaba para ser un lunes complejo porque el fin de semana se registraron tres asesinatos cada hora; y la semana cerró con declaraciones de líderes católicos que exigían cambio en su estrategia de seguridad; también hubo una emboscada en la que murieron seis policías en Nuevo León, y las dudas sobre la permanencia del fiscal Alejandro Gertz Manero rondaban el ambiente. No lo fue, prácticamente lo evadió
Los minutos comenzaron, como habitualmente ocurre los lunes, con Ricardo Sheffield Padilla, titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), presentando la sección del “Quién es Quién” y los videos de los avances de las obras emblema de la administración de la 4T.
La primera pregunta llegó, cuestionaron al Presidente sobre el ataque armado contra elementos de seguridad que se registró en el municipio de Anáhuac, Nuevo León. El mandatario federal se limitó a informar sobre el apoyo que las fuerzas federales brindan en la zona para dar con el grupo criminal, ya identificado, que perpetró el ataque. No dio más detalles.
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Los temas siguieron, en ese orden poco convencional al que suele recurrir el Presidente y en el que aprovecha para lanzar críticas a sus opositores o medios de comunicación que ha calificado como “conservadores”.
Desde la escasez del agua que afecta a los habitantes de Nuevo León, hasta su solidaridad con el pueblo colombiano por el incidente en una plaza de toros que dejó seis muertos y decenas de heridos, pasando por la posibilidad de eliminar la Constancia de Situación Fiscal que ha causado dolores de cabeza a los mexicanos, fueron los temas que recorrió el Presidente.
Pero uno, de gran relevancia mediática, fue retomado, la reunión con el fiscal Alejandro Gertz Manero, después de la revelación de dos audios que vinculan al titular de la Fiscalía General de la República en posibles actos de corrupción, uno de ellos sobre lo que se escucha como una negociación con el padre del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya.
El Presidente lo confirmó, “sí estuvieron el presidente de la Suprema Corte, el ministro Arturo Zaldívar, el jueves (23). Y el viernes el Fiscal, Gertz Manero”. Apenas unos minutos, en los que negó que el tema de los audios fueran parte de la reunión, en cambio, aseguró que hablaron de la necesidad de darle más celeridad a asuntos que la gente quiere solución, como el caso Ayotzinapa.
Cerca de 110 minutos duró la conferencia de este lunes, con breves y muy generales respuestas a los temas que han acaparado las principales portadas de los medios nacionales.
Al final, de prisa, “para ir a desayunar”, el López Obrador ocupó los últimos 15 minutos para defender su estrategia de seguridad y adelantar que el próximo 1 de julio, durante su informe trimestral argumentará, con datos, por qué su estrategia de atender las causas de la violencia es eficaz, aunque los datos demuestren lo contrario. Terminó la mañanera y el Presidente se fue a desayunar.
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