Mafalda, la niña eterna

28 de Abril de 2024

Mafalda, la niña eterna

Promo_562_Mafalda, 60 años después

Mafalda cumple seis décadas mostrándose como un espejo en Latinoamérica que refleja la humanidad y los deseos de paz, pero que también se rebela contra un mundo en conflicto

Por insólito que parezca, una marca de electrodomésticos fungió como la incubadora para una de las tiras cómicas más famosas e intergeneracionales de Latinoamérica.

Los productos Mansfield, filial de la empresa argentina Siam Di Tella, y varios personajes cuyos nombres comenzarían con la letra “M” fueron la principal encomienda para el humorista gráfico, Joaquín Salvador Lavado, mejor conocido como Quino.

La estrategia publicitaria nunca se asomó, pero más tarde, de la mano del también humorista Miguel Brascó la llevó al lado humorístico en la revista Leoplán, en la que se publicaron tres “tiras”.

En septiembre de 1964, Quino y Julián Delgado, director de la revista política Primera Plana, acordaron llevar aquellos dibujos y darles otra intención. Esta es la fecha que Quino indicaba que era realmente el nacimiento de Mafalda.

Aunque en las primeras apariciones de la tira cómica se podía a observar solamente a Mafalda junto con sus padres, después se sumaron más personajes hasta alcanzar al grupo de chicos que la acompañaron, es decir, su hermano Guille y sus compañeros de la escuela Felipe, Manolito, Susanita, Miguelito y Libertad.

Después de Primera Plana, la nueva casa editorial de Mafalda fue el diario El Mundo, donde sería replicada en varios periódicos de Argentina, donde aparecía en su contraportada. Fue tan sensacional su popularidad que en 1966 se comercializó un álbum para coleccionar las tiras.

Pero la continuidad de las aventuras de Mafalda llegó a su fin en 1973, cuando su padre, Quino, dejó de dibujarla. Pero ese sería el inicio de una internacionalización total, pues a partir de ahí se creó una recopilación de 10 tomos de la editorial De la Flor, además de 10 cortos para televisión.

También se efectuó un largometraje basado en aquellos 10 cortos, una película rodada en Argentina en 1981; además de campañas por los derechos del niño para Unicef, por la democracia en Argentina y la higiene bucal.

En 1994, el realizador cubano Juan Padrón —amigo cercano de Quino que dirigió la serie Quinoscopio de 1985 a 1987— hizo una serie de 104 cortometrajes de Mafalda, recibiendo el apoyo de varias productoras españolas. Esta serie fue recopilada en un largometraje de 80 minutos de duración.

Durante este tiempo, las aventuras de esta niña han sido traducidas a más de 30 idiomas; e incluso el semiólogo y filósofo Umberto Eco escribió la introducción a la primera edición italiana de Mafalda, al considerar que su lectura es muy importante para entender a Argentina.