“¡Son unos infelices!”, gritó a todo pulmón Jorge Álvarez Máynez en la explanada principal del Instituto Nacional Electoral (INE), durante el mitin posterior a su registro como candidato de Movimiento Ciudadano a la Presidencia de la República.
Pero antes de que los asistentes comenzaran a sospechar que había vuelto a abusar de las “cartablancas”, el aspirante aclaró que no se trata de un insulto, sino de una descripción sobre la ambición de los políticos “tradicionales”.
“La clase política de este país se mete a la política para tener cargos, poder y dinero, y cuando tienen tres casas, quieren tener seis; y cuando tienen coche, quieren tener McLaren; y cuando son senadores, ya están pensando en ser gobernadores, y nunca, nunca, nunca, nunca son felices”, expuso Álvarez Máynez ante decenas de simpatizantes congregados en la sede de Viaduto-Tlalpan y Periférico.
“La nueva política, lo nuevo, es hacer política desde la felicidad, es entender que la única manera de expandir la felicidad, de hacer que muchas otras personas sean felices, es partiendo de esa felicidad personal”, dijo el zacatecano, con quien se completa el trámite de solicitud de registro de los tres aspirantes a la Presidencia.
Eran las 17:35 horas cuando Álvarez Máynez llegó al templete instalado en la sede del INE, después de haber entregado su solicitud de registro. Arribó de la mano de Sarah, su esposa, quien traía envuelta en un fular a Constanza, su bebé de tres meses, y Luciano, de cinco años.
El rosa mexicano que destaca en paredes y muros del INE se opacó ante el fosfo-fosfo que portaron los asistentes en camisas, vestidos, blusas, gorras y, desde luego, tenis, quienes gritaron “¡Presidente, Presidente!”, mientras ondeaban águilas de cartón.
A diferencia de las dos candidatas mujeres, Álvarez Máynez fue el único aspirante que se placeó por el INE junto a su esposa y dos hijos, y al final de su discurso, en un acto que recordó la película “El Rey León”, levantó al mayor de sus hijos como muestra de triunfo.
Después, saludó a los presentes, posó para las selfies con quien se lo pidiera, por lo que tardó más de 20 minutos para abandonar la explanada del órgano electoral.
Entre los asistentes estaban la senadora Patricia Mercado, quien recientemente se bajó del equipo de campaña de Máynez y se esperaba que hiciera el vacío, pero mantuvo una postura institucional. También se dejó ver Salomón Chertorivski, candidato emecista al gobierno de la Ciudad de México.
A quien se le vio muy aplaudidor fue a Dante Delgado, dirigente nacional del partido, quien dejó los tenis fosfo-fosfo en casa, pero se colocó una cachucha naranja estampada con el águila del partido.
También acudieron las expriistas Claudia Ruiz Massieu e Ivonne Ortega y la experredista Amalia García. Había expectativa sobre la posible presencia de Sandra Cuevas y Alejandra Barrales, dos fichajes recientes que causaron polémica al interior del partido, pero ninguna acudió al evento.
“La campaña inicia en una semana, y ¡en 90 días les vamos a dar la vuelta! En 90 días les vamos a demostrar de qué estamos hechos”, exclamó Máynez, quien confía en dar la pelea, a pesar de que las encuestas no le dan más de un dígito en las preferencias electorales.
Ataviado con un traje gris oscuro, camisa blanca y zapatos negros —tampoco llevó tenis fosforescentes—, Máynez enlistó algunos rasgos que, según él, los distinguen de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
“Esta opción permite que la decencia esté en la boleta, que el respeto a la legalidad esté en la boleta, que la convicción de no normalizar la desigualdad esté en la boleta, que la honestidad esté en la boleta”, argumentó.
Y de inmediato raspó a las candidatas y sus coaliciones: “Esta opción permite que en la boleta haya una candidatura que no le fue a pedir permiso a los oligarcas de este país, que en la boleta haya una candidatura que no tuvo que pactar con ningún criminal de este país, que en la boleta esté una candidatura que ponga en el centro en las ideas, en las causas, y en la posibilidad de tener un mejor futuro”.
Y hacia el final de su discurso, Máynez dio la impresión de querer “fusilarse” el eslogan de campaña de López Obrador, pero le dio un giro.
“Vamos a construir un México nuevo, un México de iguales, un México con justicia y un México de prosperidad y oportunidades para todas, para todos y, sobre todo, y por el bien de todos, primero… las niñas y los niños. ¡Es el comienzo, todo estará mejor! Y en 100 días vamos a cambiar la historia de México”, cerró el aspirante millennial.
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