México pierde y China gana
El gigante asiático se convierte en uno de los proveedores de suministros en la crisis en Ucrania
Sin estar inmersos en el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, México y China juegan su propio rol. Mientras nuestro país tendrá una pérdida importante en su economía, la nación asiática podría obtener beneficios extra cimentados en su gran fuerza productiva y una estrategia financiera que compite con occidente.
En el río revuelto parece que China está ganando la guerra, la escalada de precios y el riesgo en una interrupción de los suministros de materias primas de origen ruso y ucraniano están llevando a buscar otros proveedores, y el país asiático es la clave, el que puede absorber gran parte de esa demanda, claro, a un alto costo por la energía, el que sería trasladado a los consumidores.
El país asiático se ha preparado, cuenta con una economía sólida y con las mejores condiciones de crecimiento, frente a bolsas frágiles y pérdidas millonarias en Europa tras Covid y el costo que tendrá para el continente las sanciones impuestas a Rusia. No sólo eso, la Reserva Federal reconoce que la crisis podría acelerar los planes de China de desdolarizar su economía; mostrando la acumulación de reservas de oro para respaldarse y una mayor producción, lo que fortalece el yuan.
Es entonces que China, fuera de la guerra, se coloca a la cabeza de la nueva geografía económica del mundo.
En cambio México, que tampoco está dentro de la guerra, la economía no es favorable, o al menos es lo que anticipan las encuestas de especialistas económicos del sector privado, quienes ya han ajustado la expectativa para el Producto Interno Bruto (PIB) de este 2022 a la baja. Es decir, este conflicto podría ser ya un obstáculo para el crecimiento económico del país. Y China puede constituirse como un gran obstáculo en el tablero geoeconómico, de cara al mercado de Estados Unidos.
Economistas prevén que para este año México crezca 2%, un ajuste a la baja en su previsión de 2.2% de una encuesta de enero, que sería una reducción de 20 puntos porcentuales. Un cálculo de ejecentral, a partir de información oficial, arroja que los efectos de la disputa podrían costarle al PIB de México unos 35.5 a 72 mil millones de pesos, sólo lo que se observa a una semana de la crisis.
El problema más fuerte será para las familias mexicanas, que se enfrentarán a precios más altos en productos básicos, como la tortilla o el pan, o los combustibles, como el gas y la gasolina. Esto en primera instancia, ya que se tendría un efecto multiplicador en los demás sectores económicos que tendrían insumos más caros para ofrecer o producir.
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador, sostuvo esta semana en una de sus mañaneras “que la gente no se preocupe por esta situación de invasión que se está padeciendo, es muy lamentable la guerra eso sí, no podemos ser ajenos a eso, pero los efectos que pueda tener en la economía nacional son mínimos”, lo cierto es que los expertos consideran que sí hay un daño y habrá, sólo que aún no se puede calcular.
Por el momento no se puede medir el impacto porque no se sabe cuánto va a durar el conflicto y hasta dónde va a escalar. “Se siente un poco como en febrero 2020, que sabíamos que había un virus pero no sabíamos hasta dónde iba a llegar y cuánto tiempo podría durar la contingencia”, explicó a ejecentral la directora de Análisis Económico de Banco Base, Gabriela Siller.
El director de Investigación del CIEP, José Luis Clavellina, detalló en entrevista que, por lo pronto, los recortes en las expectativas de crecimiento tendrán un efecto negativo en la recaudación fiscal y las tasas de interés a los que se debe prestar atención.
“Se recaudarían unos 85 mil millones de pesos menos este año, si mantenemos esa tasa de crecimiento que pronostica el sector privado”, alertó Clavellina.
El alza en las tasas de interés del Banco de México, que podría promediar un 6.65% este año, adicionaría un pago de unos 40 mil millones de pesos por costo financiero, precisó.
Para la subdirectora de Análisis Económico de Monex, Janneth Quiroz, la inflación tendrá mayores implicaciones, ya que se enfrentará a alzas de precios en las mercancías; así como de los commodities (materias primas), en especial en los energéticos.
Observamos “una resistencia mayor para que la inflación converja hacia el objetivo del 3% que tiene el Banco de México, es sin duda de los factores más evidentes”, dijo Janeth Quiroz a ejecentral. Pero agregó, los precios del petróleo le darán mayores ingresos a Hacienda por las exportaciones, pero va a depender de cuánto tiempo dure”.



¿China, el ganador?
En su discurso del pasado martes, en el que califica a Rusia como sátrapa, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, mencionó que China era una amenaza para la economía de su país. Esta frase contiene mucha información estratégica detrás. China va por todo, y la propia Reserva Federal lo reconoce, porque toda esta situación podría acelerar los planes de desdolarizar su economía.
China es el segundo mayor acreedor de la deuda de Estados Unidos, en sus manos tiene 1.1 billones de dólares y tiene cierto poder sobre la economía estadounidense, situación que no le agrada al gobierno de ese país.
La República China se ha preparado y cuenta con su Sistema de pago interbancario transfronterizo (CIPS, por sus siglas en inglés), en el que ya se incluyen mil 280 bancos globales de 103 países, tomando fuerza respecto al SWIFT (Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales), del que ha sido desconectado Rusia como parte de las sanciones económicas que se le aplicaron. Sí quisieran sancionar a China con este tipo de elementos, no tendrán el poder de afectarlo.
La estrategia del gobierno asiático ha puesto en marcha varias acciones para independizar su sistema financiero de occidente, entre ellas, la acumulación de reservas de oro para respaldarlo, junto con una mayor producción que le está dando fuerza al yuan, que la están convirtiendo en una moneda que está compitiendo con el dólar y que ya se considera moneda de refugio ante los embates globales.
En el mismo escenario, México se enfrenta a más retos que ventajas, con una economía que aún no puede recuperar el golpe pandémico que le llevó a perder 8.4% del PIB en 2020, y que sólo pudo recuperar una parte de esa caída con un 5% de crecimiento en 2021, y que los analistas ven hasta el siguiente año la posible recuperación que provocó la crisis de la Covid-19.
Entretanto las bolsas de valores de Nueva York no han podido salir del atolladero, el Dow Jones entre la volatilidad e incertidumbre está prácticamente en el mismo lugar que cuando comenzó el ataque ruso a Ucrania, en estos ocho días sólo ha avanzado 0.05 por ciento.
El índice que contiene a las 500 empresas más valiosas en el mundo, el S&P 500, únicamente subió 0.5% en el mismo lapso. Mientras que la bolsa Nasdaq, que enlista a las tecnológicas descendió 0.51 por ciento.
La moneda rusa siguió el camino de la devaluación económica y llegó a un nivel de 0.95 centavos, menos que un centavo de dólar, se ha depreciado desde el ataque y las sanciones económicas un 33.09%, pero llegó a caer durante las operaciones de este viernes a un mínimo de 0.85 centavos, una devaluación de 49.3 por ciento. Las bolsas en Rusia continuaron cerradas por quinto día como medida para evitar la incertidumbre financiera en el país, no obstante, los ciudadanos rusos no tienen acceso al total de sus inversiones, lo que ha desatado temores.
Los principales mercados accionarios de Europa han mostrado más debilidad y prolongado las pérdidas durante los ataques. El índice Dax de Alemania, ha perdido 10.88% desde el ataque; el FTSE-100, de Londres, baja 6.87%; la de Francia, el CAC-40, perdió 10.7%, el Ibex-35, de Madrid, se hundió 9.09 por ciento. El SMI, índice del mercado suizo, un 5.5%, la de Italia, el FTSE-MIB, un 13.74%, y el Euro Stoxx 50, qué tiene a las 50 empresas más valiosas de Europa, se contrajo 10.5% por el ataque armado.

Nuestros siete problemas
Los expertos ubican “7 puntos” que afectarán en la primera línea a la economía de México, derivado del conflicto en Ucrania y que se deben tener en el radar:
“1. El incremento en precios de las materias primas. 2. Disrupciones en las cadenas de suministro. 3. Ingresos petroleros. 4. Precio del gas natural, que afectará la industria eléctrica. 5. Más escasez de productos (chips semiconductores). 6. Posible desaceleración de Estados Unidos. Y 7. La volatilidad en el tipo de cambio”.
A estos factores hay que sumar el entorno actual en México, por lo que Siller advirtió que “la economía mexicana este año puede crecer, así como están las cosas, entre 1.5 y 0.5%, en el caso de un mayor escalamiento de la guerra o que se alargue el conflicto”. Y hay que considerar la inflación, enfatizó, porque podría alcanzar hasta 8.5% este año, por la escasez y si el petróleo alcanza los 130 dólares el barril.
Para México los altos precios de los commodities o de las materias primas, generarán altos costos en las cadenas de suministro internas, debido a la gran dependencia de importaciones de productos de los que carece el país o de los que no es autosuficiente. Tal es el caso del trigo, el maíz, la soya, así como de fertilizantes, metales industriales, entre otros, de los que dependen las industrias para generar productos de mayor valor.
En 2021, el país tuvo que pagar mil 695.4 millones de dólares por trigo, un 54% más que en 2020. Era mayor cantidad pero el precio fue lo que más se incrementó. En el caso del maíz, las importaciones aumentaron 66.6% en un año, lo que significó pagar 5 mil millones de dólares, que también se justificó con un mayor volumen por la falta de este vital grano para la alimentación mexicana en una de las peores sequías en varios años en el país.
Tanto el trigo como el maíz son sólo un ejemplo de los productos que se requieren en México y que ya se tiene que pagar más por ellos. Su precio por ahora se ha elevado alrededor de otro 50% más de lo que valían en 2021.
Así, la población tendrá que gastar más para obtener lo que necesita en sus casas o comprar menos, ya que los precios suben pero el ingreso se mantendrá igual en lo general.


Los energéticos
Las industrias en el mundo están ligadas a la energía sí o sí, debido a que para producir y transportar sus insumos necesitan de ella, y ésta proviene del petróleo. A escala global, actualmente se consume cerca de 96.65 millones de barriles por día, que es el 87% de la energía que globalmente se requiere diariamente, se calcula que el 11% son energías renovables como la eólica y solar, entre otras, así como un 2% de biocombustibles.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha mantenido su proyección de consumo global para este año en los 100.8 barriles por día en promedio, con un máximo de 103 millones, una demanda sin precedentes en el mundo.
Como se puede observar, el petróleo se encuentra en su mayor nivel en 10 años, al rondar en los 115 dólares, como consecuencia, en primer lugar, de la alta demanda derivada de los estímulos económicos en las economías desarrolladas, como medida para salir de la crisis de la Covid-19. Y en segundo lugar, una guerra por el petróleo a nivel global entre los principales productores del mundo, Arabia Saudita, Estados Unidos y Rusia, que han peleado el mercado por años.
En el caso de Arabia Saudita y Rusia, una gran parte de su producción es para exportarse, mientras que Estados Unidos prácticamente la consume, por lo que no le interesan los altos precios, como a los países exportadores.
Ahora, el ataque de Rusia a Ucrania, que pone en riesgo el suministro a Europa del Este ante la posibilidad de que sea interrumpido y dejarlos sin energía, y llevarla a precios que podrían no estar en los registros históricos.
Pero no es exclusivamente el petróleo, si no la cadena de energéticos que derivan de él, como las gasolinas, el gas, los fertilizantes o polímeros; así como las industrias primarias que dependen de grandes cantidades, como la eléctrica, siderúrgica, cementera, de aceites, y muchos otros productos, que están alcanzando los más altos precios que se tengan registro y que han derivado en la peor inflación global en los últimos 20 años.
