Monjes medievales, infestados de parásitos

21 de Mayo de 2024

Monjes medievales, infestados de parásitos

Monjes medievales

Vivir en un convento, pese a que sus instalaciones sanitarias eran mejores que las de la población en general, implicaba un serio riesgo de infección

Una excavación de las tumbas de frailes agustinos de la época medieval en Cambridge muestra que los frailes tenían casi el doble de probabilidades entre la población de la localidad de infectarse por parásitos intestinales.

Los arqueólogos investigaron muestras de suelo tomadas alrededor de las pelvis de restos adultos en el primer estudio en comparar la prevalencia de parásitos en personas de una misma comunidad medieval con diferentes estilos de vida y, por lo tanto, podrían haber diferido en su riesgo de infección.

Además de los residentes de monasterios, frailes y conventos de varias de las principales órdenes cristianas, la población de la ciudad medieval de Cambridge se componía de comerciantes, artesanos, granjeros y otros trabajadores y estudiantes de las primeras universidades.

El convento agustino de Cambridge era una casa de estudio internacional, donde clérigos de Gran Bretaña y Europa acudían a leer manuscritos. Fue fundado en la década de 1280 y duró hasta 1538, cuando como la mayoría de los monasterios ingleses, fue cerrado o destruido como parte de la ruptura del rey Enrique VIII con la Iglesia romana.

El estudio, que se publica hoy en el International Journal of Paleopatology, evaluó 19 monjes de los terrenos del convento y a 25 lugareños del cementerio de Todos los Santos, y encontraron que 11 de los frailes (58%) estaban infectados por gusanos, en comparación con sólo ocho de la gente del pueblo en general (32%).

La prevalencia del 32% de parásitos entre los pobladores coincide con lo observado en otros entierros medievales, lo que sugiere que las tasas de infección en el monasterio fueron demasiado altas, pese a que la mayoría de los monasterios agustinos de la época tenían bloques de letrinas e instalaciones para lavarse las manos, a diferencia de las casas comunes.

Los investigadores de la Universidad de Cambridge aseguran que la diferencia en las tasas de infección parasitaria puede deberse a que los monjes abonaban los cultivos en los jardines del convento con sus propias heces, o compraban fertilizantes con excrementos humanos e incluso de cerdo.

SIGUE LEYENDO:

Envejecer borra diferencias sexuales en el cerebro

El renacimiento de la alquimia

Te Recomendamos: