Alana Flores, víctima de deepfake: ¿puede recurrir a la Ley Olimpia?
El caso de la influencer mexicana Alana Flores reabre el debate sobre la violencia digital y el uso de inteligencia artificial para crear contenido sexual no consentido
Alana Flores, streamer y boxeadora, fue víctima de un deepfake con imágenes íntimas falsas.
/Foto: Captura de pantalla de ig: @alanafloresf
La influencer, streamer y boxeadora mexicana Alana Flores denunció haber sido víctima de un deepfake, luego de que en redes sociales circularan imágenes íntimas falsas generadas con inteligencia artificial. Este tipo de contenido, que simula escenas sexuales sin ser real, fue difundido sin su consentimiento, afectando su integridad emocional y su vida personal.
Tras la viralización del material, Flores identificó públicamente a un presunto responsable en la plataforma X, aunque la cuenta en cuestión fue eliminada. La joven aseguró contar con pruebas suficientes para emprender acciones legales y advirtió que no se quedará callada ante este tipo de violencia digital.
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¿Qué es un deepfake y cómo se relaciona con la Ley Olimpia?
Los deepfakes son contenidos manipulados con inteligencia artificial que permiten crear imágenes o videos hiperrealistas falsos, en los que se puede hacer parecer que una persona realiza actos que nunca ocurrieron. Cuando estos materiales afectan la intimidad sexual de una persona y se difunden sin consentimiento, pueden constituir un delito según la Ley Olimpia.
Este marco legal —vigente en los 32 estados de México— reconoce la violencia digital como una forma de violencia de género y castiga la publicación, distribución o difusión de contenido íntimo no consentido, ya sea real o simulado. Esto incluye imágenes creadas con IA que representen desnudez, actos sexuales o situaciones privadas sin autorización.
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¿Puede Alana Flores ampararse en la Ley Olimpia?
Sí. Al tratarse de contenido íntimo falsificado con IA y difundido sin consentimiento, Alana Flores puede presentar una denuncia bajo la Ley Olimpia. Esta ley contempla la responsabilidad penal para quienes produzcan o compartan este tipo de material, incluso si fue manipulado digitalmente o es completamente ficticio.
Las sanciones previstas por esta ley incluyen:
- De 3 a 6 años de prisión.
- Multas económicas.
- Agravantes si el material se comparte con fines de lucro, por venganza o si la víctima pertenece a un grupo vulnerable.
Además, la ley permite solicitar la eliminación inmediata del contenido y establecer medidas cautelares para proteger la seguridad de la persona afectada.
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Un caso que visibiliza nuevas formas de acoso digital
El caso de Alana Flores expone los nuevos retos que representa el uso de inteligencia artificial en contextos de acoso, difamación y violencia digital. Aunque inicialmente la Ley Olimpia se centraba en castigar la difusión de contenido real, sus reformas más recientes ya abarcan casos de deepfakes y simulaciones digitales.
Organizaciones defensoras de derechos digitales han advertido que estas prácticas van en aumento, especialmente contra mujeres que tienen presencia pública en redes sociales. Por ello, este caso podría sentar un precedente importante sobre la forma en que se aplica la Ley Olimpia frente al uso malicioso de tecnologías emergentes.
