“Este no es un programa de obras, sino de justicia territorial”: Jesús Esteva Medina

26 de Junio de 2025

“Este no es un programa de obras, sino de justicia territorial”: Jesús Esteva Medina

Llevar caminos a donde hay pobreza es llevar salud, educación y empleo. Es infraestructura con rostro humano, sostiene el secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes

Jesús Esteva Medina

Jesús Esteva Medina, secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes.

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Foto: Graciela López Herrera / Cuartoscuro

Jesús Esteva Medina, secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes.
Foto: Graciela López Herrera / Cuartoscuro

En entrevista, el secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jesús Antonio Esteva Medina, detalla los alcances del Plan General Lázaro Cárdenas del Río, una iniciativa insignia del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, diseñada para transformar de fondo las condiciones de vida en una de las regiones más olvidadas del país: la cuenca del río Balsas.

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Con una inversión superior a los 5,986 millones de pesos, el plan comprende más de 900 kilómetros de infraestructura carretera y atiende regiones de alta marginación en Guerrero, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Morelos y el Estado de México.

“La instrucción presidencial es clara primero los pobres, primero las regiones más aisladas. Este plan busca que las grandes obras de infraestructura no se concentren en los mismos lugares de siempre”, afirma Esteva Medina.

Jesús Antonio Esteva Medina
Jesús Antonio Esteva Medina, secretario de Infraestructura Comunicaciones y Transportes durante conferencia de prensa en Palacio Nacional. / Foto: Cuartoscuro

¿Qué estados abarca el Plan Lázaro Cárdenas del Río?

Una región histórica, olvidada y estratégica: La cuenca del río Balsas abarca más de 117 mil kilómetros cuadrados, es decir, casi el 6% del territorio nacional. En ella viven más de 10 millones de personas, la mayoría en condiciones de rezago.

Esta extensa zona hidrológica cruza por estados como Guerrero, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Morelos y parte del Estado de México, y su accidentada orografía ha sido una barrera natural para el desarrollo.

En términos socioeconómicos, muchas de las comunidades que se localizan en esta cuenca —en especial en regiones como la Montaña y la Costa Chica de Guerrero, la Mixteca Oaxaqueña y la Mixteca Poblana— presentan índices de pobreza superiores al 70%, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

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Plan Lázaro Cárdenas

A pesar de su riqueza en biodiversidad y cultura —pues en estas tierras habitan pueblos na savi, ñuu savi, amuzgos y nahuas—, las carencias en salud, educación, conectividad y empleo formal han perpetuado un patrón de exclusión.

“Es una deuda histórica. Por eso decimos que este no es un simple programa de obras, sino de justicia territorial. Porque una carretera conecta ciudades, pero también conecta el derecho al trabajo, a la salud, a la educación y a una vida mejor”, señala el titular de la SICT.

La presidenta Claudia Sheinbaum eligió nombrar este programa en honor al general Lázaro Cárdenas del Río, por su incansable trabajo en favor de los más desprotegidos, su impulso al reparto agrario, la nacionalización de los recursos estratégicos y su atención directa a comunidades del sur profundo.

Cárdenas, quien gobernó entre 1934 y 1940, dedicó parte de su vida a recorrer y atender esta cuenca. Fue de los primeros en visualizar su potencial y su abandono.

“El Plan Lázaro Cárdenas no solo lleva el nombre de un presidente ejemplar. Retoma su convicción profunda: que el Estado debe estar del lado del pueblo, y, sobre todo, de los más pobres. Eso es lo que estamos haciendo”, afirma Esteva.

¿Cuáles son los proyectos clave del Plan en Oaxaca y Guerrero?

La SICT ya arrancó las obras en Oaxaca y Guerrero, con un total de 572 kilómetros de caminos en construcción y una inversión inicial de 4 mil 820 millones de pesos.
Entre los proyectos clave:

  • Carretera Huajuapan–Mariscala–Tamazola–Silacayoapan (167 km) – 668 millones de pesos
  • Huajuapan–Juxtlahuaca–Putla (160 km) – 425 millones
  • Juxtlahuaca–Tlapa (116 km), pasando por comunidades indígenas – 2,320 millones
  • San Juan Mixtepec–Juxtlahuaca (31 km) – 247 millones
  • Entroque San Martín Peras–Metlatónoc–Chilixtlahuaca (98 km) – 1,160 millones

Estos caminos cruzan zonas de alta marginalidad, pero también de fuerte tejido social y cultural. El reto técnico es alto por la complejidad geológica del terreno, pero la recompensa social es aún mayor, advierte Esteva.

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Reconstrucción en Guerrero por huracanes y prevención de desastres

acapulco

En Guerrero, el programa también responde a daños ocasionados por desastres naturales recientes.

“Tras el paso de los huracanes “Johny” y “Otis”, tenemos que reconstruir 63 puentes estatales y seis federales. Además, realizaremos más de 5 mil intervenciones para estabilizar taludes”, indica.

Se trata, dice, de obras que restablecen infraestructura y brindan prevención, resiliencia y certeza a las poblaciones vulnerables.

“Estamos renovando la forma de conservar nuestras carreteras para que duren más y cuesten menos al Estado. Ahí también está la eficiencia”, añade.

Obras en Puebla: conexión estratégica con Oaxaca y el centro del país

En Puebla, las obras abarcan 332 kilómetros adicionales y una inversión de 1,166 millones de pesos, con proyectos que refuerzan la conexión entre Oaxaca y el centro del país. Destacan:

  • Nochixtlán–Huajuapan (R190) – 88 km y 308 millones
  • Tehuacán–Chazumba–Huajuapan
  • Putla–Pinotepa Nacional – 123 km y 374 millones

Expansión del Plan Lázaro Cárdenas en Michoacán, Morelos y Edomex

El plan también contempla su expansión en Michoacán, particularmente en la zona de la Tierra Caliente, y futuras etapas en Morelos y el Estado de México, consolidando una visión interestatal y regional.

¿Por qué este plan prioriza zonas con alta marginación?

Para el secretario Esteva, este modelo rompe con la idea de que las grandes obras solo se justifican en zonas con alta demanda económica:

“Este programa pone en el centro a la gente, no a la rentabilidad inmediata. Si llevamos caminos a donde hay pobreza, llevamos salud, educación y empleo. Es infraestructura con rostro humano”.

Y concluye con una frase que resume el espíritu del nuevo sexenio:

“Al disminuir desigualdades, el que construyamos caminos para comunicar a las poblaciones más necesitadas, el que integremos al país a través de proyectos y acciones de movilidad y de sistemas de transporte, es materializar la convicción de que, por el bien de todos, primero los pobres”.