¿Sabes que pasa en tu cerebro cuando te enamoras a primera vista?: esto dice la ciencia
Aunque durante siglos se ha romantizado el amor a primera vista, la neurociencia revela que más que un destino mágico.
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/Foto: Canva
Desde novelas clásicas hasta comedias románticas de Hollywood, el amor a primera vista ha sido pintado como un encuentro intenso y predestinado. Pero, ¿qué tan real es esta experiencia desde una perspectiva científica?
Según la neurociencia y la psicología moderna, lo que comúnmente se conoce como amor a primera vista es, en realidad, una poderosa combinación de atracción física, activación emocional inmediata y una cascada de reacciones químicas en el cerebro. Más que amor profundo y duradero, se trata de un estado de enamoramiento repentino.
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¿Qué ocurre en tu cerebro al ver a esa persona?
Ignacio Camacho Arroyo, investigador del Instituto Nacional de Perinatología y de la Facultad de Química de la UNAM, explica que, en esta fase inicial del enamoramiento, se activan zonas clave del cerebro como el núcleo accumbens, relacionado con el sistema de recompensa y la motivación; el hipocampo, que gestiona la memoria y las emociones; y el hipotálamo, regulador de la conducta sexual.
Curiosamente, otras áreas como la amígdala y las cortezas frontal y prefrontal, responsables del juicio crítico y el miedo, tienden a inactivarse. Es decir, el cerebro baja sus defensas racionales y emocionales, permitiendo que la atracción fluya sin filtros.
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¿Qué le pasa al cerebro cuando alguien nos atrae visualmente?
Uno de los protagonistas químicos en esta experiencia es la dopamina, un neurotransmisor vinculado al placer. Cuando alguien nos atrae visualmente, se libera en grandes cantidades, provocando sensaciones de euforia y bienestar. Esto puede hacernos sentir que estamos viviendo una conexión única y mágica.
Además, sustancias como la oxitocina y la vasopresina—hormonas vinculadas con el apego y la conexión emocional—entran en juego desde los primeros momentos. Por eso, incluso después de un solo encuentro, algunas personas sienten una profunda necesidad de volver a ver al otro.
La corteza prefrontal, encargada de analizar, razonar y tomar decisiones, también es impactada. Aunque se esperaría que esta región evalúe con lógica a la nueva persona, durante el “amor a primera vista” suele quedar eclipsada por la química cerebral, lo que lleva a tomar decisiones impulsivas y dejarse llevar por la intuición.
La amígdala, que regula emociones intensas como el miedo o la cautela, se vuelve menos activa. Esto explica por qué, al enamorarnos, podemos pasar por alto señales de advertencia o defectos evidentes en la otra persona.
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¿Y cuánto dura este “hechizo”?
Aunque no hay una cifra exacta, diversos estudios sugieren que esta primera etapa del enamoramiento es transitoria. Según el doctor Camacho Arroyo, incluso hay cambios hormonales temporales: los niveles de testosterona disminuyen en hombres y aumentan en mujeres, lo cual influye en el comportamiento.
Del flechazo al amor duradero
El amor a primera vista puede ser el punto de partida de una relación duradera, pero no lo garantiza. Para que ese vínculo evolucione, se requiere trabajo diario, comunicación efectiva y una voluntad consciente de seguir conociendo a la otra persona.
Porque aunque el enamoramiento es, en parte, un estado alterado del cerebro, el amor verdadero se construye con empatía, confianza y comprensión mutua. Y ahí, más allá de la química inicial, es donde realmente comienza la magia.