Salma Hayek reaparece en la Casa Azul y deja un mensaje que conmueve: “Este lugar no pierde su magia”

La tarde del domingo cobró un tono especial en Coyoacán cuando Salma Hayek llegó sin previo aviso a la Casa Azul, uno de los museos más emblemáticos de la Ciudad de México. La visita tomó por sorpresa tanto al personal como a los asistentes, quienes no tardaron en reconocer a la actriz mientras recorría los pasillos del hogar donde vivió Frida Kahlo.

Antes de retirarse, Hayek dejó unas líneas en el libro de visitantes que el propio museo difundió más tarde: “Tantos recuerdos en este lugar que a pesar de los años no pierde su magia y encanto. Es un privilegio volver a este espacio lleno de nuestra cultura y nuestra gente.”

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Un reencuentro con su historia y la de Frida Kahlo

Para Salma Hayek, la Casa Azul representa más que un sitio turístico. Aquí comenzó parte del proceso creativo que la llevó a interpretar a Kahlo en la película Frida (2002), proyecto que marcó su trayectoria y la colocó en la conversación internacional del cine.

Regresar a estas habitaciones significó volver al origen de un papel que definió su carrera y que impulsó globalmente el nombre de Frida Kahlo como figura artística, política y cultural. El recorrido, más íntimo que mediático, mostró a una Salma Hayek conmovida por la conexión que aún mantiene con la pintora.

Un museo que resguarda la esencia de Frida

La Casa Azul es uno de los recintos más visitados del país y una parada obligada para quienes buscan comprender la vida de la artista. Ahí están su estudio, sus objetos personales, las habitaciones donde convivió con Diego Rivera y los rincones que inspiraron parte de su obra.

El regreso de Hayek pone de nuevo el foco en la importancia histórica del museo y en su capacidad para emocionar no solo a visitantes comunes, sino también a artistas que han llevado la historia de Frida a nuevas audiencias.

Frida y Salma: un lazo que permanece

A más de dos décadas del estreno de Frida, la relación entre la actriz y la pintora sigue siendo profunda. Hayek ha dicho en múltiples ocasiones que el proyecto fue un sueño que defendió durante años, enfrentando obstáculos para lograr que la historia de Kahlo llegara al cine.

Ese vínculo —forjado entre estudio, investigación y una admiración genuina— se refleja en la forma en que Hayek vuelve al museo: con respeto, agradecimiento y la mirada de alguien que conoce de cerca la vida que ahí se narra.

Un gesto que vuelve a encender el interés por el legado de Kahlo

La presencia de Salma Hayek en la Casa Azul no pasó desapercibida. Su visita ayudó a destacar nuevamente la relevancia del museo y el valor de preservar espacios que cuentan la historia de México. Además, su mensaje resuena como una invitación a redescubrir el legado de Frida Kahlo, cuya influencia continúa creciendo dentro y fuera del país.

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