Vacuna rusa contra el cáncer: ¿cómo funciona y cuándo estará disponible?
Una vacuna terapéutica contra el cáncer basada en ARN mensajero, desarrollada por el Instituto Gamaleya, avanza hacia ensayos en humanos

El Instituto Gamaleya trabaja en una vacuna terapéutica personalizada contra el cáncer. Utiliza tecnología de ARN mensajero y podría iniciar pruebas clínicas en 2025.
/PATRICK T. FALLON/AFP
Un nuevo desarrollo científico ha generado expectativas en el campo de la oncología: se trata de una vacuna terapéutica contra el cáncer, diseñada de forma personalizada para cada paciente, basada en tecnología de ARN mensajero. El proyecto, liderado por el Instituto Gamaleya de Rusia —el mismo que desarrolló la vacuna Sputnik V contra el Covid-19—, aún se encuentra en fase preclínica, pero podría comenzar sus ensayos en humanos a finales de 2025 o principios de 2026.
A diferencia de las vacunas preventivas, esta está pensada para personas que ya han sido diagnosticadas con algún tipo de cáncer. El objetivo es reducir el tamaño del tumor primario, limitar la propagación de metástasis y mejorar tanto la calidad de vida como la supervivencia de los pacientes. Esta iniciativa se enmarca dentro del campo de la medicina personalizada, una tendencia creciente en el tratamiento oncológico.
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¿Cómo funciona la vacuna rusa contra el cáncer del Instituto Gamaleya?
El enfoque detrás de la vacuna contra el cáncer rusa es terapéutico y personalizado. Se diseña específicamente para cada paciente, tomando en cuenta las características genéticas y moleculares de su tumor. A través de la tecnología de ARN mensajero, se busca “entrenar” al sistema inmunológico para que reconozca y ataque con precisión las células cancerosas del individuo.
El ARN mensajero actúa como una “instrucción” que enseña al organismo a producir proteínas específicas del tumor, desencadenando una respuesta inmune dirigida. Este principio es el mismo que se utilizó en varias vacunas contra el Covid-19, aunque adaptado al contexto oncológico.
Actualmente, el desarrollo se encuentra en una etapa preclínica, lo que implica pruebas de laboratorio y en modelos animales. Si los resultados son positivos, se procederá a la fase clínica, que incluye pruebas en humanos divididas en varias etapas para evaluar seguridad, eficacia y tolerancia.
Características clave de esta vacuna rusa oncológica
- Terapéutica, no preventiva: está dirigida a personas ya diagnosticadas con cáncer.
- Personalizada: se diseña de manera específica para cada paciente, considerando las mutaciones y características de su tumor.
- Basada en ARN mensajero: utiliza una tecnología moderna y precisa que instruye al cuerpo a reconocer y atacar las células malignas.
- Busca frenar la metástasis: además de atacar el tumor primario, pretende limitar la expansión del cáncer.
- No aplicable a grandes poblaciones: por su naturaleza personalizada, no está pensada para campañas masivas de vacunación.
- Inicio de pruebas en humanos estimado para 2025-2026, si supera las fases preclínicas y es aprobada por agencias regulatorias.
- Desarrollada por el Instituto Gamaleya, conocido por la vacuna Sputnik V durante la pandemia.
Luis Fein, oncólogo del grupo de investigación Gaico, valoró el enfoque ruso como “sumamente interesante”, destacando su carácter personalizado. Sin embargo, subrayó que, al no ser una vacuna de uso masivo, presenta desafíos logísticos y regulatorios adicionales. También señaló que debe seguir todo el proceso de investigación clínica antes de su eventual aprobación.
Por su parte, el oncólogo Sebastián Torres explicó que este tipo de vacunas no son nuevas en el campo de la inmunoterapia. “Lo que se busca es entrenar al sistema inmune para que ataque al tumor”, señaló. Torres recalcó que se trata de otra herramienta dentro del marco de la medicina personalizada, en donde ya se identifican mutaciones específicas para definir tratamientos dirigidos.
En Argentina, también se han registrado avances en este campo. En 2022, el Conicet anunció el inicio de la fase II de la vacuna Vaccimel, desarrollada por el doctor José Mordoh, del Instituto Leloir. Este tratamiento busca prolongar la vida libre de metástasis en pacientes con melanoma, el tipo más agresivo de cáncer de piel. Los primeros resultados en 19 pacientes fueron alentadores, al combinar la vacuna con otras terapias inmunológicas.
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El desarrollo de una vacuna personalizada contra el cáncer basada en ARN mensajero por parte del Instituto Gamaleya representa un avance en la tendencia global hacia tratamientos más precisos y adaptados al perfil genético de cada paciente. Aunque aún se encuentra en etapa preclínica, su potencial ha despertado interés internacional, especialmente por su enfoque en limitar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de quienes ya tienen un diagnóstico.
Mientras se esperan los resultados de futuras fases clínicas, esta iniciativa se suma a otros esfuerzos internacionales —como los realizados en Argentina— que buscan transformar el tratamiento del cáncer desde una óptica más individualizada, reforzando la importancia de la investigación científica aplicada a la salud. DJ