El Estado mexicano debe colocar en su radar la visión real que tiene Estados Unidos en torno al fentanilo y lo que planea hacer. Los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de nuestro país no pueden equivocarse en este tema, en el contexto geopolítico que existe, para que dimensionen sobre sus decisiones, cada uno, en el ámbito de sus competencias cuando se topen con este tema.
El sistema estadounidense, que incluye los gobiernos en todos sus niveles y poderes, están alineándose en la misma ruta, el combate al fentanilo y todas las sustancias y químicos que necesita no puede darse como una estrategia antidrogas, sino se enfrenta una guerra real con China, quien tiene como objetivo someter, derrotar a Estados Unidos con el uso de esta droga entre sus jóvenes y las personas en plena edad productiva.
Podría parecer exagerado, pero no lo es. Lo confirman varias fuentes, también se puede leer, con calma, en las declaraciones, desde Estados Unidos, de funcionarios federales y estatales, y de legisladores; así como los distintos informes disponibles, a lo que se suma al reciente libro de Mike Pompeo.
¿En qué se sustenta el cambio que veremos de estrategia por parte de los estadounidenses? En datos duros. En California el fentanilo es responsable de una de cada cinco muertes de jóvenes. Es la causa de muerte número uno de los estadounidenses entre los 18 y 45 años de edad. Cada día mueren en todo su territorio 300 personas.
A esto hay que sumar que, de acuerdo a los datos oficiales, las agencias estadounidenses identifican como formas de trasiego desde China (y en menor medida India) el correo o los contenedores a Estados Unidos. Mientras que la frontera con México representa el paso del 60 % del fentanilo decomisado en 2022 en California, lo que da un mapa que es al menos esa proporción la que se considera llega desde nuestro territorio, pero teniendo como principal proveedor a los chinos.
Aunque este tráfico lleva casi una década, en los últimos años el crecimiento es exponencial frente a la disponibilidad de drogas con fentanilo. Los investigadores estadounidenses han llegado a comentar que con esta estrategia, sus enemigos, no necesitarían de terroristas, ya están dentro del territorio generando una profunda crisis de salud que impactará negativamente, tarde o temprano, su desarrollo.
Y no sólo es esta la estrategia, sino cómo han logrado penetrar en la sociedad estadounidense, aseguran. Las bases de inteligencia que operan en algunos países de América, ya son tema de las agencias estadounidenses, una de ellas estaría muy cerca de México, aseguran. Así, nuestro país enfrenta un escenario complejo.
En su libro Never give an Inch (Nunca cedas una pulgada), el exsecretario Mike Pompeo relata:
“Hace mucho tiempo que el PCCh (Partido Comunista Chino) descubrió cómo inyectar su veneno en la sociedad abierta de Estados Unidos utilizando tanto agentes oficiales que operan bajo cobertura diplomática como ciudadanos chinos a quienes el PCCh ha obligado a cumplir sus órdenes.
“En 2019, el Departamento de Educación abrió una investigación sobre la supuesta aceptación por parte del MIT de obsequios de caballos de Troya como la Oficina del Consejo Internacional del Idioma Chino, Hanban (la organización matriz de los Institutos Confucio), Huawei y el propio gobierno chino. Según los propios datos del MIT, en 2021-2022, los estudiantes chinos representaron más del 25 por ciento de todos los estudiantes internacionales, y ningún otro país representó más del 10 por ciento. Entre las asociaciones de investigación financiadas por China y un gran número de estudiantes chinos (probablemente pagando la matrícula completa), el MIT, sus donantes y sus ex alumnos tendrían que meterse mucho en los bolsillos si el PCCh cerrara el grifo”.