La agenda que AMLO no ve

28 de Abril de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

La agenda que AMLO no ve

maria idalia gomez

Hace algunos meses, en la Conferencia de Seguridad de Múnich 2021, además del encuentro de los jefes de Estado, se presentó el llamado Índice de Seguridad, una encuesta en la que los países determinan los riesgos graves que vislumbran ahora y el futuro inmediato.

Era febrero, recién había tomado posesión Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, cuando su gobierno colocó en un nivel de riesgo alto la migración masiva de personas a Estados Unidos (en relación al promedio general), “como resultado de la guerra o el cambio climático”, pero colocando una gran alerta, porque “probablemente aumentará durante el próximo año”.

Un mes más tarde, ese nivel de riesgo creció, cuando la migración sobrepasó los espacios disponibles, creció históricamente el cruce de menores no acompañados y se vislumbraba nuevas caravanas que desde Centroamérica avanzaban. Y el gobierno estadounidense comenzó a operar para que el nivel de riesgo disminuyera por ahora y se volviera controlable en el futuro, haciendo responsables a los países expulsores y de tránsito. Y esa es su meta: México debe colaborar para frenar la migración.

Pero no fue lo único que se planteó en Múnich, donde Biden expuso su agenda de seguridad y que muchos de esos puntos debe interesar a México, porque de ello depende su alianza económica; además de migración, el cambio climático y el uso de energías limpias, terrorismo, violencia política, guerra comercial y proteccionismo, el aumento de la desigualdad, amenazas a las democracias liberales y las acciones de China y Rusia.

Con esta visión Kamala Harris viajó a Guatemala y México, considerando que su meta es frenar estos riesgos que se plantean a corto y largo plazo para su país. No se trata de sembrar árboles y generar una inversión que han condicionado a acciones democráticas, sino también de contar con los mecanismos legales y de seguridad institucional que impida que avancen estas amenazas.

Pero no se trata sólo de Estados Unidos, sino de un bloque que encabeza Biden y Europa que recuperaron la alianza estratégica que había detonado Donald Trump, y que si bien están dispuestos a cooperar para no continuar dividiendo al mundo ante los desafíos que impone la agenda armamentista o el cambio climático, tienen claro que sus aliados son las “democracias liberales” y buscan frenar lo que llamaron la “marea antiliberal”.

“Para abordar de manera efectiva los desafíos de seguridad más serios, los socios transatlánticos deben aprender a navegar entre estos dos ‘estados de la materia’. Junto con estados de ideas afines, deben buscar el equilibrio adecuado: entre competir contra la marea antiliberal donde deben (para defender los valores e intereses fundamentales) y cooperar con los adversarios donde puedan (para abordar los riesgos y amenazas compartidos)”, señala el informe de la Conferencia de Múnich 2021.

Esta es la visión de Estados Unidos y en la que debe encajar México por el anclaje que tiene nuestra economía con la suya, por la íntima relación, en diferentes niveles y temas. Hasta dónde está construyendo la agenda estratégica del presidente Andrés Manuel López Obrador estos puentes con Estados Unidos, la visión estadounidense es que no ocurre esto del todo, y que más bien es un socio al que deben observar, presionar y del que desconfían. Las instituciones que integran el gabinete de seguridad son las responsables de que el presidente pueda tomar decisiones adecuadas y hasta ahora no se ha avanzado en ello, así que las presiones hacia México serán cada vez más intensas.