La irresponsabilidad de AMLO

27 de Abril de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

La irresponsabilidad de AMLO

IDALIA

La polarización en el país, los niveles de violencia, la disponibilidad de armas, la fractura institucional, la atomización de los intereses de grupos fácticos y la notoria intención de organizaciones criminales por desestabilizar algunas regiones en el país hace factible, en este momento, que en México alguien —de forma individual o dirigida— pueda disparar un arma contra un precandidato a la presidencia.

El sábado pasado, Andrés Manuel habló sobre amenazas que recibió por parte de un grupo, a través de mantas y de la quema de automóviles, y en las que firmaron como responsables “Familia unida”. El líder de Morena consideró entonces que se trata de una forma de intimidación al voto en las elecciones del Estado de México, y adelantó que no reforzaría su vigilancia.

Esa misma posición ha tenido López Obrador años atrás cuando lo han amenazado, pero lo que no está considerando es que las cosas cambiaron en los últimos años y ahora existe una elevada descomposición ante la pelea por territorios por parte del crimen organizado y la corrupción que la acompaña, y la fragilidad social y política que la impunidad ha provocado.

Ante ese escenario, que eleva una amenaza a riesgo, no sólo resulta irresponsable que Andrés Manuel asegure que no reforzará su seguridad, sino que también el gobierno federal no se haya pronunciado en torno a la intimidación que existió hace unos días en el Estado de México contra el líder de Morena, porque con su silencio enrarece aún más el entorno.

Más allá de que sea real o una estrategia de campaña, en este momento todas las oficinas de inteligencia del país deberían declararse en alerta. No sólo para investigar el fondo de esas intimidaciones que hizo públicas López Obrador, para definir si el riesgo es real o no; sino también para establecer escenarios y a partir de ellos plantear mecanismos preventivos de protección y seguridad o no.

Hasta ahora lo más sencillo ha sido, desde el gobierno federal, no prestar atención, y desde los partidos políticos descalificar las afirmaciones de López Obrador. Sólo la fiscalía del Estado de México sostuvo que investigaría, pero adelantó que no tenía en sus registros un grupo criminal llamado “Familia unida”. Este desprecio por un posible escenario real, se traduce en omisión y coloca en una alta vulnerabilidad al Estado.

¿Qué es lo que tendría que ocurrir y que cinco días después no ha sucedido? El procedimiento natural sería haberle dotado ya de protección al líder de morena, discreta y con los mejores elementos para que sea eficaz, a pesar de su tozudez. Después, desde la Secretaría de Gobernación, debería existir un pronunciamiento en torno a que no se permitirá que grupos pretendan enrarecer el ambiente con intimidaciones o advertencias, que se investiga y que ya se adoptaron medidas. Paralelamente se tendría que estar indagando desde la más especializada inteligencia, para definir escenarios, identificar las amenazas o riesgos, y entonces adoptar las medidas que sean necesarias.

Pero desde ahora, ya sean las Secretarías de Marina o de la Defensa, o el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), debieran instalar un grupo de inteligencia, para dar seguimiento preciso al entorno de seguridad de los candidatos a las gubernaturas en los estados y especialmente a los precandidatos a la Presidencia de la República en el 2018, y que pueda garantizar su integridad, previniendo cualquier tipo de ataque.

Pero esto no está ocurriendo. La información que nos llega es que las estrategias están enfocadas a no perder el Estado de México y ello incluye operaciones políticas de guerra sucia y de inteligencia para identificar puntos en los que puedan golpear a los adversarios y así garantizar que gane el PRI. Tienen miedo de perder y algunos han dicho que esas amenazas a Andrés Manuel forman parte de una operación negra, pero aunque lo fuera, la desestabilización que inyecta al proceso electoral actual y futuro, es preocupante.

Al mismo tiempo, no es posible que esta vez López Obrador se niegue a reconocer el riesgo. Debe asumirse como un precandidato con posibilidades reales de ganar, porque ello implica que se responsabilice de su seguridad por el bien del país.

@Gosimai Son más de dos décadas de explorar en el periodismo desde un enfoque de seguridad nacional.