Lo otro que también pasa

7 de Noviembre de 2025

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

Lo otro que también pasa

maria idalia gomez

El mundo sigue girando y muchos intereses se mueven en paralelo a la pandemia. No se trata de las empresas que saldrán beneficiadas con las oportunidades que ofrece vender equipo médico o insumos de primera necesidad, y que están a la vista, sino de movimientos geopolíticos y de poder que se están redefiniendo, ajustando, moviendo y cambiando al mismo tiempo que el nuevo coronavirus tiene en cuarentena a una gran parte del mundo.

No sólo se trata de la guerra de productos energéticos, que ha provocado una crisis en los últimos días, sino de la tecnología que apunta a movimientos estratégicos.

Hace casi un mes, el 26 de marzo, Microsoft Technology Licensing (Microsoft) registró en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual de Naciones Unidas una nueva patente, casi sacada de una película de Ciencia Ficción, y quedó con el número WO/2020/060606. Resulta que obtiene criptomonedas usando datos de actividad del cuerpo.

De acuerdo al abstract que aparece en https://bit.ly/3eLoAA6 y se trata de que pretende beneficiarse de “la actividad del cuerpo humano asociada con una tarea proporcionada a un usuario que puede usarse en un proceso de minería (de datos) de un sistema de criptomonedas”.

Y añade: “Un sensor conectado de manera comunicativa o comprendido en el dispositivo del usuario puede detectar la actividad corporal del usuario.

El sistema de criptomonedas acoplado comunicativamente al dispositivo del usuario puede verificar si los datos de actividad corporal satisfacen una o más condiciones establecidas por el sistema de criptomonedas, y otorgar criptomonedas al usuario cuyos datos de actividad corporal se verifican”.

La traducción que un experto de sistemas me dijo, no sin antes advertirme que era “increíble”, complejo y aún poco conocido es que justo en este momento que el mundo hace home office y se han elevado las operaciones en línea, coincidentemente Bill Gates ha registrado un sistema que permite obtener dinero por varias formas, entre ellas, el que una persona permite que monitoreen sus datos corporales, mientras está conectada a una computadora o sistema electrónico; o una empresa que contrata el servicio para vigilar si realmente está trabajando frente al ordenador, cuánto tiempo y qué hace, y lo hace midiendo tu actividad vía sensores que interactúan con un servidor. Pero esos sensores pueden detectar mucho más, el calor del cuerpo y las reacciones.

Entonces qué gana Microsoft, mucho, por ejemplo de la data que se genera, porque puede comercializarse con empresas de servicios y ventas; con quienes requieren de personal conectado, y para crear ellos mismos nuevas tecnologías.

Esto se da, como decía, cuando el mundo tiene que mantenerse conectado laboral y personalmente, cuando se modifica el comercio y justo cuando Bill Gates propuso un sistema de rastreo de personas sanas, infectadas y recuperadas, es decir, una especie de “certificado digital”, según mencionó, porque sería la única manera de controlar la pandemia en el futuro: quién tiene anticuerpos, quien ya se vacunó o quién está enfermo, por ejemplo, y así contratarlo o no.

El historiador Yuval Noah Harari ha advertido en entrevistas y escritos que con esta pandemia el mundo cambiará de diversas maneras, porque no sólo es una crisis de salud, sino también política, y las sociedades tienen la oportunidad de definir el rumbo. Pero al mismo tiempo están aumentando las nuevas formas de control, de monitoreo de las personas.

Los nuevos sistemas están diseñados, ha dicho, para atravesar la piel, saber tu temperatura, presión arterial y nivel cardiaco, en general los fenómenos biológicos que experimentas y que hablan de enojo o alegría, por ejemplo. Esto simplemente busca una nueva forma de control económico y social.

Así, la pandemia no es lo único que está ocurriendo en este momento en el mundo, sino es la oportunidad idónea para el reacomodo mundial de los grandes poderes.