Arístides Guerrero y la batalla contra la insidia

28 de Agosto de 2025

Rodrigo Jiménez Sólomon

Arístides Guerrero y la batalla contra la insidia

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“Mayo” Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, se declaró culpable en una corte de Nueva York, aceptando delitos de narcotráfico, homicidios y sobornos. Será sentenciado a cadena perpetua

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Foto: Cuartoscuro

La maledicencia ha tratado, con muy poco éxito, de cargar sobre el joven ministro electo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arístides Rodrigo Guerrero García, a raíz del grave accidente automovilístico que sufrió hace unos días. Versiones carentes de sustento y de seriedad, pero cargadas de mala intención, han tratado de construir una narrativa artificial que afecte el prestigio del joven ministro por varias razones, pero una fundamental: no le perdonan que, a su edad, ganó una elección constitucional y ocupará el lugar que algunos autoconsiderados “vacas sagradas” del Derecho, creían reservado para ellos.

Unos dicen que el accidente ocurrió por exceso de velocidad. Es cierto pero la falta fue cometida por ¿el conductor del auto que impactó el vehículo del ministro, pues viajaba a 100 km/h en una vía con límite de 80 km/h, mientras el auto de Guerrero García circulaba a 70 km/h. Otros malquerientes del ministro aseguran que él manejaba y que además, lo hacia abajo los efectos del alcohol. También es falso, pues se aplicaron análisis y pruebas de alcoholemia a todos los ocupantes de los dos vehículos involucrados en el percance y todos esos estudios resultaron negativos. Está igualmente aclarado que el ministro no manejaba el auto, solo era transportado en él y como pasajero sufrió las consecuencias del alcance.

Lo vivido por Arístides Guerrero la noche del viernes pasado en Río Churubusco, mientas volvía a su casa después de una gira de trabajo por el interior de la república, no fue un asunto menor. Su auto fue alcanzado e impactado por otro a gran velocidad. Del accidente automovilístico, el ministro Guerrero salió con seis costillas y la nariz fracturadas. Debió someterse a cirugía porque las lesiones no eran menores. Por fortuna para él, pero para molestia de las manos anónimas que han usado el percance para atacarlo y tratar de minar su llegada a la Corte, hoy se recupera en tiempo récord, con el propósito de estar presente el próximo 1 de septiembre en San Lázaro, para rendir protesta como ministro en funciones, al lado del resto de sus compañeras y compañeros.

La reforma judicial dista mucho de ser perfecta, pero justo el ministro electo, Arístides Guerrero García, representa todo lo bueno y novedoso que el modelo por inaugurarse ofrece a la sociedad mexicana. Es un jurista joven, mas no inexperto, pues tiene una sólida preparación académica coronada con una importante labor como docente universitario, ya de algunos años, en su alma mater, la Facultad de Derecho de la UNAM. A sus estudios como especialista y maestro en Derecho, hay que agregarle su experiencia en el servicio público, durante os últimos años como comisionado ciudadano de acceso a la información pública de la ciudad de México, donde cumplió un periodo completo de 2018 a 2025 y encabezó el InfoCDMX, el órgano de transparencia de la ciudad.

Guerrero es el perfil del jurista joven comprometido con las mejores causas y de una preparación técnica solida que ofrece la reforma judicial. Justo porque se trata del tipo de nuevo administrador e impartidor de justicia que se busca para acercar ese poder a la sociedad, se explican y se entienden, aunque no se justifican, las malquerencias y las envidias que su llegada a la Corte han despertado.