Crujen los aranceles

24 de Agosto de 2025

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Crujen los aranceles

luis m cruz

1. Los aranceles impuestos por el tío Trump al resto del mundo entraron en vigor hace algunos días, pretendiendo establecer un orden imperial acorde a los sueños de grandeza. No parecen tener lógica ni sentido, pues los aranceles son esencialmente costos que deben sumarse al precio y son pagaderos por el productor/importador y el consumidor final. Es decir, lo pagarán los consumidores estadounidenses y no los países a los que pretendidamente se les aplican. Ningún gobierno va a pagar esos aranceles, pues lo harán las empresas, muchas de las cuales son yanquis. De ahí la distorsión que crean, pues son costos que deben trasladarse, en algún momento, al consumidor.

2. Pero haber impuesto la extorsión como política comercial es la gran diferencia en el comercio mundial, otrora basado en la competitividad y el libre comercio. Por más que los economistas insisten en que el déficit comercial estadounidense no proviene de acciones ilegales o abusivas de las otras naciones, sino sobre todo, de la gran demanda de consumo del público estadounidense, que suele gastar muy por encima de los ingresos y financiar con crédito los excedentes, la visión estrecha y estrictamente aritmética de la administración Trump asume que empatando las cifras se logra equilibrar la balanza; desde luego, ignora la balanza de capitales, en la que los Estados Unidos salen más favorecidos, al tratarse de flujos financieros en los cuales dominan.

3. Además, no es lo mismo que el diferencial del déficit sea captado por el gobierno mediante un gravamen, a que sea el mercado quien determine el nivel de precios, y que dicho diferencial quede en las empresas o en el bolsillo de los consumidores, mediante mejores precios y mercancías competitivas e innovadoras. En todo caso, la profecía de los economistas es que, más temprano que tarde, los aranceles afectarán los precios y erosionarán la competitividad de una economía proteccionista. En los hechos, esto empieza a sentirse. La economía estadounidense decae, los precios empiezan a incrementarse en algunos rubros, como son alimentos básicos, automóviles y vivienda; el empleo registra menores cifras, a pesar del despido de la responsable de la estadística, y la previsión de crecimiento económico muestra desaceleración desde el 2.5% previsto a inicios del año, hacia un 1.5%% en estos momentos. Es decir, podrá haber crecimiento como para alejar el riesgo de recesión, pero no tanto como se había previsto. Finalmente, el tío Trump pagará con inflación y pérdida de competitividad, además del retroceso en causas mundiales como el cambio climático, la transición energética o la reducción de la desigualdad. El paso del libre comercio al sistema de comercio controlado tendrá sus costos, pues el “soft power”, como la confianza, no es algo que se pueda restablecer fácilmente.

4. En ese circuito, México, visiblemente afectado en su perspectiva de crecimiento –del 2.5% que preveía la SHCP en los Criterios Generales de Política Económica para 2025, a sólo 0.2% estimado por Banxico y el FMI últimamente— maneja que ha sido el menos golpeado por el afán arancelario del presidente Trump. La política de serenidad y paciencia ha evitado la confrontación y subraya que el TMEC sigue vivo, que ha contado con pausas para la aplicación de una mayor tasa (hasta del 30%) y obtuvo por lo menos otros noventa días de suspenso y que las alcabalas aplicadas al acero, aluminio, cobre, jitomate y ganado son específicas, con lo que el promedio de aranceles que se está pagando es del 13%, menores a lo que pagan otros países.

5. En todo caso, la situación actual abre una ventana en condiciones razonables para lo que viene, que es la instalación del Congreso y del nuevo Poder Judicial, la presentación del Primer Informe de Gobierno, el diseño del paquete económico 2026 y el debate, muy intenso, sobre la reforma electoral que pinta para rediseñar el sistema político mexicano.