Aunque el dictador cubano Miguel Díaz-Canel lo niegue, Cuba participa directa y activamente en el lado ruso de la guerra contra Ucrania traficando ciudadanos. Frank Darío Jarrosay Manfugá, músico cubano de 35 años, fue enviado de Rusia a Ucrania para pelear en el frente para las fuerzas rusas en Donetsk, pero se perdió durante una misión nocturna. El soldado ruso que lo acompañaba lo abandonó. Caminó por un campo minado y tropezó con una trinchera ucraniana, donde fue capturado. Desde su prisión en Ucrania, ahora dice que prefiere pasar 50 años en una cárcel ucraniana antes que regresar a Cuba, donde fue reclutado bajo engaños y coerción, con la complicidad del régimen cubano. “En ningún momento supimos que teníamos que ir a la guerra”. Su testimonio es parte de una nueva investigación de la Fundación Friedrich Neumann de Alemania, realizada con la organización cubana Ciudadanía y Libertad, que desglosa el modus operandi de la “operación masiva de reclutamiento de combatientes cubanos”.
De acuerdo con el gobierno de Ucrania, los cubanos hoy por hoy constituyen el grupo más numeroso de mercenarios extranjeros en el frente ruso, apreciación corroborada por el informe que los ubica entre 5 mil a 25 mil, “situando a Cuba como uno de los mayores proveedores de combatientes extranjeros para Rusia, comparable solo con Corea del Norte”. Escrito por la investigadora y activista cubana Carolina Barrero, exiliada en España, “Cuba en la guerra de Ucrania: Evidencia de reclutamiento masivo de combatientes para Rusia” denuncia que los cubanos son víctimas de “engaño sistemático en el reclutamiento, coerción mediante contratos que no pueden romperse bajo amenaza de encarcelamiento y explotación al enviar a los reclutas a zonas de combate sin la preparación adecuada”. El derecho internacional prohíbe y sanciona el tráfico de personas con fines militares.
Precisa que aproximadamente 60 por ciento de los cubanos reclutados con falsas ofertas de empleo en la construcción eran ciudadanos civiles, en su mayoría jóvenes de bajos recursos, y el 40 por ciento restante, militares y agentes de inteligencia. Atraídos por el ofrecimiento de salarios mensuales de 2 mil dólares frente al paupérrimo promedio cubano de 17 dólares, una vez en Rusia, fueron forzados a firmar contratos en un idioma que no entendían, recibieron apenas dos semanas de entrenamiento y fueron enviados a los lugares del frente más peligrosos, señala el informe. Se desconoce a ciencia cierta el número de cubanos fallecidos o desaparecidos.
Las mentiras de Cuba sobre su complicidad en el reclutamiento fueron denunciadas en septiembre pasado por el Departamento de Estado en su informe anual sobre la Trata de Personas de 2025. “Las autoridades cubanas agilizaron la emisión de pasaportes a los reclutas y se negaron a estampar los sellos de salida en sus pasaportes para alegar desconocimiento de sus viajes”, dijo la dependencia a cargo de Marco Rubio, señalando que algunas de las víctimas dijeron que el régimen cubano podría haber pagado su viaje y que fueron recibidos en Moscú por un oficial militar de la embajada cubana. Corroboraron asimismo haber sido reclutados por compañías militares privadas afiliadas a Rusia o por el ejército ruso mediante contratos de trabajo fraudulentos. Los cubanos no necesitan visado para viajar a Rusia y pueden tomar vuelos directos a Moscú desde los principales aeropuertos de la isla. Informes de prensa han reportado que el régimen cubano supuestamente recibió un pago por cada ciudadano cubano reclutado. El Departamento de Estado clasifica el reclutamiento de cubanos como una forma de trata de personas patrocinada por el Estado. Pese a negarlo, Díaz-Canel ha hecho público su ofrecimiento de ayuda a Rusia. En mayo de 2024, en presencia de Vladimir Putin, declaró: “Deseamos éxito a la Federación Rusa en la operación militar especial”, añadiendo que Rusia siempre puede contar con el apoyo de Cuba, señala el reporte de la Neumann.
Ante las recientes criticas de Washington por apoyar al “brutal y corrupto” régimen cubano, Claudia Sheinbaum respondió que mantendrá el apoyo a Cuba porque es su “decisión soberana”. A la presidenta no parece importarle que cada barril de petróleo subsidiado por los contribuyentes mexicanos que llega a La Habana y cada brigada de médicos cubanos que llega a México, ayudan a mantener a flote a una dictadura que trafica con sus propios ciudadanos para ser usados por Rusia como carne de cañón en misiones suicidas.
@DoliaEstevez
