De gladiador a mediador: el abogado colaborativo en la Ley General de MASC

7 de Agosto de 2025

Roberto Montoya González

De gladiador a mediador: el abogado colaborativo en la Ley General de MASC

Columna invitada_Redes

Durante décadas, la imagen del abogado ha sido la del gladiador: alguien que entra a la arena del litigio para vencer al contrincante a toda costa. Sin embargo, la realidad social y jurídica actual exige un cambio profundo. La reciente Ley General de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias (MASC), publicada en México en 2024, nos presenta una nueva figura: el abogado colaborativo. Este nuevo rol deja atrás la confrontación como única vía y coloca en el centro la construcción de soluciones pacíficas y sostenibles. En un país donde los tribunales están saturados y las personas buscan resultados más humanos, este cambio es urgente y necesario.

Desde mi experiencia como consultor y formador en MASC, con especialidad en mediación y justicia restaurativa, he sido testigo del tránsito de muchos colegas abogados que, antes considerados “litigantes de oficio”, hoy reconocen el valor de la mediación, la conciliación y los procesos colaborativos. El rol del abogado colaborativo es distinto: guía, no confronta; construye acuerdos, no impone soluciones. Su misión es ayudar a las personas a tomar decisiones informadas que fortalezcan sus relaciones y les permitan cerrar ciclos de forma digna.

Un caso reciente que ilustra este cambio es el de una familia enfrentada por una herencia. Donde antes habría comenzado una batalla judicial que duraría años, hoy, gracias a la intervención de un abogado colaborativo y un mediador certificado, se logra un acuerdo en menos de dos meses. El resultado no solo resolvió la situación jurídica, sino que permitió resolver el conflicto de fondo y restaurar los vínculos familiares.

El abogado del siglo XXI debe dejar atrás la armadura de gladiador y vestir la de constructor de paz. No se trata de renunciar a la defensa de los derechos, sino de comprender que muchas veces la mejor defensa es un buen acuerdo. La Ley General de MASC es un parteaguas porque reconoce, legitima y fomenta este nuevo perfil profesional. Pero más allá de la ley, el verdadero cambio está en la voluntad de las personas que ejercemos el derecho.

A quienes nos honramos de ser licenciados en derecho, no debemos olvidar y tener siempre presente que nuestra esencia es ser proporcionadores del derecho y no gladiadores en los tribunales, es por eso que les invito a repensar nuestro papel social. Ser colaborativos no es una moda, es una responsabilidad ética frente a quienes depositan en nosotros su confianza. A la sociedad, le propongo reflexionar antes de ir a juicio: ¿podemos resolverlo mediante el diálogo? ¿Podemos dejar de ser adversarios para volver a ser personas? Los abogados colaborativos y los MASC estamos para acompañar ese camino.