El Diablo anda suelto: Nació la Diablomanía

26 de Septiembre de 2025

Fernando Vargas Nolasco

El Diablo anda suelto: Nació la Diablomanía

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Fernando Vargas Nolasco

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EjeCentral

El infierno está de fiesta. No es una metáfora. En la Ciudad de México, el rojo intenso ha pintado las gradas, las calles y los corazones de miles de aficionados. Lo que empezó como una afición arraigada y fiel, hoy es un fenómeno que se extiende por la capital, arrastrando a nuevos seguidores y consolidando una dinastía. Ha nacido, sin lugar a dudas, la Diablomanía.

El punto de inflexión fue el Bicampeonato de los Diablos Rojos del México en la Liga Mexicana de Béisbol. Una hazaña que no solo reafirmó su dominio en el diamante, sino que sirvió como catalizador para un movimiento mucho más grande. El equipo, una verdadera escuadra de ensueño, ha sabido combinar el talento nacional con estrellas de talla mundial.

La llegada de nombres como Robinson Canó y Trevor Bauer fue un golpe de timón magistral por parte de los dueños, con Santiago Harp a la cabeza, y la excelente dirección de Othón Díaz Valenzuela como director ejecutivo. Estos jugadores de élite no solo elevaron el nivel de la competencia, sino que también pusieron al equipo bajo los reflectores internacionales, atrayendo a una nueva generación de fanáticos que quizás antes no se habían interesado en el béisbol.

El efecto ha sido tangible y espectacular. El Estadio Alfredo Harp Helú, una joya arquitectónica de primer nivel, se ha convertido en el epicentro de esta fiebre. Las taquillas hablan por sí solas: en los últimos años, el promedio de asistencia ha superado los 10,000 aficionados por partido. Cifras que antes eran impensables para una temporada regular. Y lo más interesante no es solo el volumen, sino el perfil de los asistentes: jóvenes, familias y un número significativo de nuevos aficionados que acuden al estadio atraídos no solo por el juego, sino por la experiencia completa que ofrece.

Pero la Diablomanía va mucho más allá del béisbol. La visión de la directiva ha sido clara: construir una marca deportiva exitosa y multidisciplinaria. Y los resultados son irrefutables. Las Diablas, el equipo de Sóftbol Femenil, se han coronado como campeonas, demostrando que la excelencia no es exclusiva de un solo deporte. Su victoria no solo les dio el título, sino que abrió un espacio para el sóftbol femenil y mostró el poder del deporte hecho por mujeres en México.

La magia no termina ahí, el baloncesto también se ha rendido ante el poder del diablo. En su temporada de debut en la Liga Caliente.mx LNBP, los Diablos Rojos de Basquetbol no sólo llegaron, sino que conquistaron el campeonato, una hazaña inédita en la historia de la liga. Hoy, son dignos contendientes al título una vez más, confirmando que la fórmula ganadora se ha replicado con éxito en otras disciplinas.

Estamos presenciando el surgimiento de un imperio deportivo en la Ciudad de México.

El diablo ya no sólo juega, sino que domina el diamante, la duela y el campo de juego. Este fenómeno es un testimonio del liderazgo de sus dueños, y de la visión estratégica de su director ejecutivo, quienes han sabido conjugar talento, estrategia y una visión a largo plazo para transformar a los Diablos en mucho más que un club deportivo: los han convertido en una fuerza cultural, en un símbolo de triunfo y en el equipo que ha desatado una verdadera Diablomanía en toda la capital.