Luego de ser investido como sucesor de San Pedro (según la tradición católica) el nuevo Papa, Robert Francis Prevost (León XIV), dedicó uno de sus primeros discursos a los periodistas del mundo, a quienes los identificó como los “bienaventurados” -parafraseando el Sermón de la Montaña- o sea, los “pacificadores”, por su actividad de comunicar la paz, invitándolos a decir “no” a la guerra de palabras e imágenes.
Señaló textual: “la paz comienza con cada uno de nosotros en la forma en que miramos a los demás, escuchamos a los demás y hablamos de los demás”, y agradeció a los reporteros “por el servicio a la verdad”. También reconoció que vivimos tiempos difíciles de navegar y de relatar, “que exigen que cada uno de nosotros, en nuestros diferentes roles y servicios, nuca cedamos a la mediocridad”.
Les recomendó a los reporteros lo innecesario de la comunicación ruidosa, así como la necesidad de recoger las voces “de los débiles que no tienen voz”, pero les recordó su papel en un escenario preferente para informar sobre las situaciones de injusticia y pobreza “y sobre el trabajo silencioso de tantas personas que luchan por crear un mundo mejor”.
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Pareciera que el nuevo Pontífice se refirió en especial a los periodistas mexicanos que generan para sus medios el parte de guerra diario en la lucha entre cárteles de la droga y las bajas colaterales que esta deja: niños, ancianos, mujeres, gente que nada tiene qué ver con el tráfico de drogas, pero que se encontraban en el lugar y hora incorrecta. El máximo jerarca del mundo católico no ignora que a diario los periodistas nacionales tienen por costumbre informar sobre secuestros, levantones, desapariciones forzadas, ejecuciones y tráfico de menores tan cotidianos en México.
A ellos y ellas les pide que “pacifiquen” el entorno social -contando la verdad- para que la sociedad pueda dormir tranquila… difícil tarea para periodistas, editores, fotógrafos, jefes de redacción que trabajan en un país donde las víctimas no cuentan con los recursos necesarios para acceder a la justicia y reparación del daño.
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Robert Francis Prevost reiteró la solidaridad de su iglesia con los periodistas encarcelados (y quizá también con los que se han huido a otro país por la falta de condiciones para el libre ejercicio de su labor, o con los que han perdido la vida por denunciar la corrupción y la impunidad, o con aquellos que decidieron dejar la profesión por salvaguardar su integridad y la de los suyos en este país) “por buscar y difundir la verdad…”.
En fin, algún día vendrá a México, invitado por el gobierno, para conocer el trabajo de los comunicadores y las circunstancias que nos rodean.
PALABRA DE HONOR: No sabía que el hoy Coordinador del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la CDMX (C-5) es colaborador del semanario del órgano oficial de la Arquidiócesis Primada de México llamado Desde la Fe. Antes hizo algunas colaboraciones para la “Revista Académica para el Estudio de las Religiones” que fundó Jorge Erdely Graham, que también era el líder de Casitas del Sur y de un grupo religioso llamado Los Perfectos, acusado de varios delitos.
