Como cada dos años desde 1992, se publicó la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024. Aunque su primera edición se levantó en 1984, fue en la década de los noventa cuando comenzó a aplicarse de manera bienal e ininterrumpida.
Esta encuesta es una de las fuentes más valiosas de información para entender cómo somos y cómo hemos cambiado: revela la estructura de los hogares, las condiciones de nuestras viviendas, cómo y quiénes generan ingresos (monetarios y no monetarios), y en qué los utilizamos según nuestras prioridades (gastos). Idealmente, contar con esta información cada año permitiría ajustar con mayor agilidad las políticas públicas. Aun así, la ENIGH sigue siendo una herramienta fundamental para entender hacia dónde vamos como país.
La fotografía que ofrece la ENIGH 2024 es ligeramente alentadora: la desigualdad en los ingresos disminuyó. El coeficiente de Gini pasó de 0.46 a 0.45 (donde 1 indica desigualdad total y 0 perfecta igualdad). En 2024, los hogares del decil X concentraron el 34% del ingreso total, frente al 36% de hace dos años. Particularmente, estos hogares generan 27,835 pesos mensuales por persona trabajadora. En contraste, el 50% de los hogares con menores ingresos (deciles I al V) incrementaron su participación del 21% al 22%. Asimismo, estos hogares generan 2,592 pesos mensuales por persona trabajadora. La razón entre lo que gana un hogar del decil X con respecto a un hogar del decil I era de 12.1 a 1 en 2022. Dos años después, esta cifra disminuyó a 10.7 a 1.
La brecha salarial entre hombres y mujeres también se redujo, aunque sigue siendo significativa. En 2022, las mujeres ganaban en promedio 46.5% menos que los hombres; en 2024, la diferencia bajó a 34.2%. Esta brecha varía según el nivel de ingreso: en el decil I, las mujeres ganan 41.9% menos que los hombres; mientras que en el decil X, ganan 33.4% menos. Lo más notable es que las mujeres del decil I incrementaron su ingreso real en 71.5%, mientras que las del decil X lo hicieron en 5.1%. En comparación, los hombres del decil I aumentaron su ingreso en 17.9%, y los del decil X en 6.6%.
Por edad de la persona trabajadora, la distribución del ingreso no mostró cambios: el 88% de los ingresos se concentró en personas entre 19 y 65 años, el 9% en mayores de 65, y el 3% en menores de 18. Además, la encuesta muestra las oportunidades económicas vinculadas al nivel educativo. Por ejemplo, un trabajador del decil I sin escolaridad obtuvo en promedio 2,115 pesos mensuales, frente a uno del decil X con 16,299 pesos. En contraste, una persona del decil I con educación superior o posgrado ganó 3,192 pesos, mientras que una del decil X con ese mismo nivel educativo percibió 32,864 pesos.
Esto nos plantea varias preguntas como sociedad: ¿Queremos seguir manteniendo una brecha salarial entre hombres y mujeres de esta magnitud? ¿Cuántos impuestos adicionales se podrían recaudar si esta diferencia se redujera? ¿Podríamos cubrir con ello los costos de un sistema de cuidados? A este ritmo, ¿cuánto tiempo pasaría para que el 50% de los hogares duplicaran su participación en el ingreso total? Si estos hogares tuvieran más oportunidades de acceder a la educación superior y de posgrado, ¿cuánto podrían mejorar las oportunidades de las futuras generaciones?
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), analizó varios temas relevantes con información de la ENIGH 2024 que puedes consultar en www.ciep.mx