Entre la incertidumbre y la oportunidad: México frente a la revisión del T-MEC

2 de Octubre de 2025

<b>Héctor Ochoa Moreno</b>
Héctor Ochoa Moreno

Entre la incertidumbre y la oportunidad: México frente a la revisión del T-MEC

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Héctor Ochoa Moreno

Han transcurrido poco más de ocho meses desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos. Durante este período, la relación comercial de México con su vecino del norte se ha caracterizado por una constante: la incertidumbre.

Si bien algunos gestos permiten entrever una inclinación proteccionista por parte de Estados Unidos, manifiesta en la imposición de aranceles a las importaciones, la aplicación de estas medidas ha estado rodeada de ambigüedad. En el caso de México, no está claro qué sectores asumirán los mayores costos, si se mantendrán indefinidamente, ni qué gravámenes recaerán finalmente sobre los productos mexicanos, incluidos aquellos exportados bajo el T-MEC.

A ello se suma un proceso marcado por un incesante vaivén de negociaciones: fechas límite que se anuncian y se posponen, prórrogas que abren nuevas rondas de diálogo y revisiones que, lejos de clarificar, prolongan la indefinición. Lo único cierto es que estamos frente a un cambio en las reglas del juego, que inevitablemente derivará en un nuevo orden comercial.

Frente a este contexto de aguas turbulentas, podría parecer que no existe un método infalible para navegar estas mareas. Sin embargo, el estilo de la presidenta Claudia Sheinbaum, caracterizado por la prudencia y la ecuanimidad, reflejado en la expresión “cabeza fría”, como ella misma ha referido, ha permitido a México asegurar un trato preferencial con aranceles del 25 % para las mercancías fuera del T-MEC. Esta estrategia, respaldada por la experiencia del equipo negociador de la Secretaría de Economía, encabezado por su titular Marcelo Ebrard y el subsecretario de Comercio Exterior, Luis Rosendo Gutiérrez Romano, quienes han dado un seguimiento constante al proceso, ha colocado al país en una posición más favorable frente a economías como Canadá y China.

Derivado de este escenario y ante la proximidad del inicio del periodo de consultas con los sectores productivos, con miras a la revisión del T-MEC en julio del próximo año, nos encontramos ante un momento determinante que marcará el rumbo de la relación comercial entre México, Estados Unidos y Canadá durante los próximos 16 años.

El valor de esta oportunidad no radica únicamente en ratificar la relevancia del tratado, que garantiza el acceso libre de aranceles a aproximadamente el 80 % de los productos mexicanos exportados a Estados Unidos, sino también en lograr que nuestra contraparte norteamericana reconozca, desde la perspectiva de los diversos sectores productivos, la profundidad de la interconexión entre nuestras cadenas de valor y los beneficios que representan para la economía y el empleo de nuestras naciones. Tan solo en 2024, la actividad económica impulsada por el T-MEC alcanzó un comercio superior a los 1.6 billones de dólares, reflejando la solidez y amplitud de la integración regional.

La experiencia reciente nos muestra que no será una tarea sencilla. Sin embargo, gracias a la combinación de inteligencia y mesura, como hasta ahora se ha evidenciado, será posible reafirmar ante la nación norteamericana la indudable relevancia del T-MEC como uno de los tratados comerciales más importantes del mundo.