Morelos, bajo el fracaso de Margarita

8 de Agosto de 2025

Raúl García Araujo
Raúl García Araujo
Reportero con andanzas en varios periódicos y ex coordinador de información en FOROtv de Televisa.

Morelos, bajo el fracaso de Margarita

columna Raúl García Araujo

El cierre de la planta Nissan en Jiutepec no solo representa un golpe demoledor para más de 2,400 familias morelenses. Es, sobre todo, el retrato más brutal del vacío de poder que vive el estado: una entidad sin conducción, sin proyecto y sin liderazgo político real.

La gobernadora Margarita González Saravia y su gabinete han demostrado no estar a la altura de las circuntancias. La salida de una de las armadoras más importantes del país exhibe con crudeza la fragilidad institucional, la mediocridad operativa y la ausencia total de estrategia del Ejecutivo estatal. Ni siquiera lo anticiparon. Ni siquiera lo reconocieron a tiempo. Primero lo negaron, luego se contradijeron… y hoy solo se lamentan.

El desmentido del secretario de Desarrollo Económico, José Víctor Sánchez Trujillo, fue patético. Aseguró que la planta no cerraría y que todo eran “especulaciones sin sustento oficial”. ¿En serio? Días después, Nissan emitió su comunicado global: reducción de producción, reestructura mundial y cierre de siete plantas, entre ellas, Jiutepec. Todo se va a Aguascalientes. Y Morelos, una vez más, se queda con las manos vacías.

¡Dónde está el plan de desarrollo económico? ¿Dónde la estrategia para retener inversiones? ¿Dónde los responsables de prevenir y actuar? La respuesta es clara: no están. No existen.

La gobernadora se consolida —junto a su antecesor Cuauhtémoc Blanco— como parte de una de las peores administraciones en la historia reciente del estado. Nada ha cambiado. Ni en seguridad, ni en obra pública, ni en desarrollo económico, ni en política social. Lo único que crece es el desencanto.

El Gobierno Federal tampoco ha dado la cara. No hubo respaldo, ni declaraciones políticas de peso. Ni siquiera del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, a quien la gobernadora contactó tarde, mal y nunca. El silencio lo dice todo: Margarita González Saravia es políticamente irrelevante. Y en Morena lo saben.

La dirigencia nacional ya no esconde su preocupación. Morelos es hoy uno de los estados con mayores riesgos de retroceso electoral en 2027. Según los diagnósticos internos, Morena podría perder más de la mitad de las alcaldías, diputaciones locales y federales. Y si no hay un viraje profundo e inmediato, la oposición podría arrebatar incluso la gubernatura.

Para colmo, la Coordinación de Comunicación Social del gobierno de Morelos, encabezada por Margarita Estrada Serrano, no supo manejar la narrativa. No reaccionaron, no anticiparon, y dejaron a la gobernadora sola, expuesta y sin estrategia. Ni mensaje oficial, ni posicionamiento político, ni contención mediática. Solo improvisación.

Hoy, los trabajadores de Nissan viven en incertidumbre. Miles de familias no saben qué harán mañana. Y el gobierno responde con foros de “reflexión” para entender por qué se fue una inversión que ya se fue. Es absurdo.

Morelos necesita un gobierno que gobierne. Una administración que defienda los intereses del estado con firmeza, visión y dignidad. No una que se dedique a improvisar excusas mientras el estado se le desmorona entre las manos.

A casi un año de haber asumido el cargo, Margarita González Saravia no tiene una sola acción de gobierno que los morelenses recuerden con orgullo. Ni una.
Su paso por el gobierno se ha diluido entre la incompetencia, la indiferencia y el silencio. Ni en seguridad, ni en desarrollo económico, ni en política social ha dado un golpe de timón.

Lo único que ha logrado, y con creces, es consolidarse como una gobernadora ausente, rebasada por la realidad y abandonada incluso por su propio partido. Morelos no solo perdió una planta automotriz. Hace tiempo que perdió el rumbo.

En Cortito: Nos cuentan que José Luis Urióstegui Salgado, presidente municipal de Cuernavaca, está dejando de ser solo un buen alcalde para convertirse en uno de los nuevos líderes naturales de Morelos.

Con perfil institucional, firmeza en sus decisiones y una agenda de trabajo centrada en resultados, Urióstegui ha comenzado a marcar diferencia en un estado urgido de liderazgo y conducción.

En días recientes, encabezó una sesión clave en la que presentó el planteamiento metodológico del Programa para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, un proyecto que no solo busca contener la inseguridad, sino atender sus causas de fondo.

Su visión es clara: no se trata de reaccionar, sino de prevenir. De construir políticas públicas con base en evidencia, diagnóstico social y participación ciudadana. De fortalecer el tejido comunitario desde la educación, la cultura y el deporte.

Urióstegui ha planteado que para lograr una Cuernavaca más segura, todas y todos deben involucrarse desde su propia trinchera.