La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a los países supuestamente más desarrollados del mundo, acaba de publicar su informe anual denominado en inglés Education at a Glance, que podríamos traducir libremente como “Una Mirada a la Educación”. Este documento se ha convertido en uno de los más importantes en materia educativa.
Por alguna razón, y creo que de manera correcta, la OCDE se ha involucrado en la educación como uno de los factores más importantes en el desarrollo de los países. Tan es así que, además de este estudio, también está a cargo de la prueba PISA, de la encuesta sobre la evaluación y competencia de los adultos (PIAAC) y del estudio sobre enseñanza y aprendizaje (TALIS).
Como indica el documento, esta mirada no es solo para la determinación de políticas públicas, sino también como insumo para los investigadores que buscan conocer el estado de sus sistemas educativos.
El secretario general de la OCDE menciona que la transición hacia una economía digital necesita de personas mejor calificadas, aportando algunos datos interesantes, entre los cuales destacan que el 48% de los jóvenes con posibilidad de acceder a la educación superior están en ella, cuando hace 25 años era sólo el 21%.
Otros datos importantes son que el 87% de los adultos de 25 a 54 años con título universitario está empleado, y que aquellos que han concluido su educación superior ganan en promedio un 54% más que quienes únicamente terminaron el bachillerato.
Un asunto general para todos los países de la OCDE es el referente a la educación de los padres para el logro educativo en el nivel superior: de aquellos cuyos padres no completaron la secundaria solo lo obtienen el 23%, mientras que aquellos cuyos padres, o al menos uno de ellos, sí la concluyeron llegan a ser el 63%.
Las mujeres presentan mayor probabilidad de obtener la educación superior en un 55%,frente al 42% de los hombres
La inversión promedio por estudiante en la educación universitaria en los países de la OECD es de 15,202 dólares, mientras que en México es de 4,430 dólares, lo que según la organización afecta la calidad educativa, la infraestructura, salarios de los docentes yproyectos de innovación.
Para el caso de nuestro país, y con la información proporcionada por el gobierno, se encuentran los siguientes datos relevantes. Por ejemplo, el avance en el bachillerato: entre 2019 y 2024 se redujo el número de quienes no lo concluyeron, pasando de 49% a 41%, aunque el promedio de la OCDE es de apenas 13%.
En un tema en el que estamos muy por debajo es en el porcentaje de quienes poseen maestría: en nuestro país apenas alcanza el 2%, mientras que el promedio de la OCDE es de 16%. En cuanto a los estudiantes internacionales, México tiene una tasa de 1.4%, frente al 7% del promedio de la OCDE.
Uno de los aspectos que más nos debe preocupar es el de los recursos destinados a la educación. Por ejemplo, el promedio de financiamiento público en la OCDE es de 90.1%, mientras que en México es de 83.8%, lo que significa que el sector privado tiene un peso mayor. Además, entre 2015 y 2022 el gasto público en educación se redujo de 15.8% a 13.2% del presupuesto, a pesar del incremento en el número de alumnos.
En términos monetarios, el gobierno mexicano redujo su gasto por estudiante entre 2015 y 2022, pasando de 4,079 dólares a 3,650 dólares. Y si consideramos el presupuesto de 2025 frente al proyectado para 2026, la cifra seguirá cayendo. Esto nos coloca en el penúltimo o último lugar entre todos los países considerados; en 2022 nos superó Perú que quedó en último lugar.
Ojalá este documento sea revisado por los miembros del Congreso, de manera que se asignen mayores recursos a la educación, sobre todo a la superior, que lleva ya casi una década con incrementos nulos o marginales.