PAN con lo mismo

23 de Octubre de 2025

Alejandro Envila Fisher
Alejandro Envila Fisher
Director editorial de ejecentral, periodista, abogado y profesor en la UNAM. Ha dirigido la revista CAMBIO, Radio Capital, The News, Estadio, Rumbo de México y Capital, además de fundar el canal Greentv. Comentarista en medios, columnista político y autor de los libros Cien nombres de la Transición Mexicana, Chimalhuacán, el Imperio de La Loba, Chimalhuacán, Ciudad Perdida a Municipio Modelo y Huitzilan de Serdán, la derrota de los caciques.

PAN con lo mismo

Alejandro Envila

El relanzamiento del PAN, con todo y su nuevo logotipo, resultó una nueva versión de parto de los montes por una sencilla razón: reactivar ese partido es imposible mientras se encuentre en manos de quienes hoy lo administran y lo han llevado a la ruina.

La refundación no dejará de ser motivo de burla y escepticismo mientras no se actualice una condición indispensable para hacerla creíble: la remoción o renuncia de Jorge Romero y todo su grupo cercano, incluyendo a Marko Cortés y a Santiago Creel, el cerebro detrás de varios de los últimos fracasos que han llevado a ese partido a la de deplorable situación en que se encuentra, y a varios más.

El del PAN es un problema tanto de eficacia como de credibilidad y no será posible superarlo mientras el partido no destierre a quienes acabaron con su imagen a fuerza de explotarlo como vehículo para llegar a posiciones de poder con el único objetivo de enriquecerse para señorear en el país.

A estas alturas, los casos de corrupción panista ni siquiera son lo que más pesa porque están compensados por los casos de corrupción priista y los de evidente corrupción morenista. Pero el PAN tiene otro problema: su estilo arrogante de hacer política, empatado con la etiqueta de clasista que, de manera astuta, les endilgó Andrés Manuel López Obrador. Sus formas lo distancian tanto de una sociedad que ya no les cree y, también de ese pueblo caracterizado por el discurso morenista, que los ve como los jefes del saqueo nacional. Esas formas y las actitudes que las expresan son, además, corresponables de la polarización en que López Obrador metió al país porque para pelear se necesitan dos y la estrategia del insulto y la descalificación no ha sido exclusiva del tabasqueño.

Creer en el PAN no tendría por qué ser lo mismo que creer en Jorge Romero, pues cualquiera que sepa artimética básica puede hacer cuentas para comprobar que ni Romero ni ninguno de sus cómplices escuchó nunca un discurso de Carlos Castillo Peraza, de Alfredo Ling Altamirano o de Luis H. Álvarez. Menos saben aún qué significaba el pensamiento de Manuel Gómez Morín. Ellos llegaron al PAN cuando ya era gobierno con el foxismo, cuando empezó la era de las enormes posibilidades de enriquecimiento que ofrece el poder, pues eso y no la vocación de servicio y de construir un país más libre y justo, fue lo que los atrajó. Si Romero y su pandilla hubieran llegado a la política 25 años después, hoy estarían haciendo gestiones para ingresar a Morena exactamente con las mismas motivaciones, pues no son panistas, son arribistas.

Los verdaderos militantes del PAN, si es que quedan algunos, y los liderazgos regionales de ese partido, deberán tomar una decisión: O se mantienen sometidos al gobierno autoritario de la camarilla romerista que ahora pretende manipular elecciones primarias para seguir administrando candidaturas, o toman en sus manos las riendas de su destino y se deciden a federalizar de manera genuina su partido. Veremos.