Hace unos días, la Ciudad de México, y otras ciudades, vivieron de nuevo, la circunstancia de que ciudadanos de todas las edades, condiciones económicas, y políticas, salieran a las principales calles y avenidas, a protestar por la inseguridad y la violencia. Lo que ocurrió en la protesta de la llamada GENERACIÓNZ era la crónica de una guerra anunciada. Platiqué un par de días antes de la marcha con uno de los jóvenes convocantes: “Nosotros vamos a marchar en paz”. Le alerte sobre el bloque negro: ”No vamos a caer en provocaciones”.
Lo que ocurrió ese sábado, se veía venir. El grupo de anarquistas conocido como el bloque negro, se hizo presente en la Plaza de la Constitución. Ahí se escenificó una batalla campal, entre la policía de la Ciudad de México, y los integrantes de este grupo. Hace apenas un par de semanas, para ser precisos el 2 de Octubre, y con motivo de un aniversario más de la matanza en Tlatelolco, grupos de la izquierda en el país, salieron a realizar su tradicional marcha, en conmemoración de aquellos hechos ocurridos durante la administración de Gustavo Díaz Ordaz.
El resultado de aquella movilización, fue: 29 civiles, y 94 policías lesionados. Algunos de ellos con lesiones graves por quemaduras. De este episodio, no hay ninguna persona detenida hasta hoy. Estamos hablando a más de mes y medio del hecho. En lo personal yo no puedo dejar de hacerme algunas preguntas. Si por ejemplo yo me molesto, o me siento inconforme con algo, o alguien, tendría la posibilidad de ir a su casa o negocio a romper vidrios, patear su auto, golpear gente? Es posible que lo haga , o que haya personas que lo puedan hacer. En este caso, lo más seguro es que quien decida hacerlo, termine en prisión, por múltiples violaciones a la ley. Dónde están los detenidos? Dónde está la autoridad? Dónde está el Estado de Derecho?
Al preguntar a las autoridades sobre el porqué de su actuación pasiva, la respuesta es siempre: “ Nosotros no reprimimos “. Y uno se pregunta si aplicar la ley, es reprimir. Nadie quiere que la policía salga a golpear, y a inhibir la libertad de expresión. Nadie quiere vivir en un régimen donde no se respeten los más elementales derechos ciudadanos. Lo que no deja de sorprender, es que este grupo de anarquistas, aparezcan con impunidad, cada que la sociedad organizada, decida salir a las calles. Quien está detrás de ellos? Quien los financia, quien los organiza? Será que de verdad las autoridades de la CDMX no puedan averiguar quiénes son? La aparición de estos jóvenes en fechas muy particulares, evita la reflexión sobre el motivo primigenio de la protesta, quedando al final, solo la narrativa de la violencia que generan, dejando en el olvido el tema principal, lo que podría resultar muy cómodo para algunos.
Después de la violencia en la marcha de la llamada GENERACIÓN Z, se hace urgente conocer que, y quienes son los integrantes de este grupo, y cuáles son sus verdaderos motivos. No podemos dejar ni como sociedad, ni como autoridad, que un grupo violento actúe con ese nivel de impunidad. Se hace necesario y urgente que el gobierno capitalino dé una respuesta clara, rápida y creíble.