Europa lleva varios años en una situación económica complicada, podríamos decir que desde inicios de este siglo y, a raíz de ello, la Comisión de la Unión Europea le encargó a Mario Draghi, banquero privado en sus orígenes, después presidente del Banco Central Europeo hasta convertirse por un corto tiempo, como al parecer es tradición, en Primer Ministro de Italia, que redactará un informe sobre el futuro de la economía en Europa, en un momento en que Alemania, Suecia y Austria están en franca recesión o estancadas, como Francia e Italia.
Este mes se ha publicado el informe y está causando un gran revuelo. En la revista digital Sin Permiso, tres de sus colaboradores, Thomas Piketty, Adam Tooze y Michael Roberts, lo comentan con opiniones varias y valdría destacar algunas, por la importancia que representan para el futuro de ese continente.
Quizás uno de los mejores párrafos del informe, mencionado por los expertos antes citados, es el que dice “Estas necesidades de inversión son enormes y sin precedentes desde una perspectiva histórica. Las necesidades de inversión de 750-800 mil millones de euros (anuales) para la Unión Europea corresponden al 4,4-4,7 del PIB de esta zona (al nivel de 2023). En comparación, la inversión en el marco del Plan Marshall, de 1948 a 1952, ascendió al 1%-2% del PIB”.
Piketty dice “el informe Draghi tiene el inmenso mérito de torcer el cuello al dogma de la austeridad presupuestaria” y, a pesar de su crítica de ser tecnófilo, le reconoce que es acertado en varias de las propuestas y, efectivamente, en varias partes del informe menciona, con datos concretos, como está Europa hoy en relación con los que creo considera sus mayores competidores, Estados Unidos y China.
Pone como ejemplo el caso de los operadores de telecomunicaciones, que son demasiados, tienen 34 operadores de redes móviles, mientras que los americanos tienen tres y los chinos cuatro. Los precios son más bajos en Europa por la competencia, lo cual beneficia a los consumidores, pero a la vez, dice Draghi, ha provocado que la rentabilidad de las empresas se haya reducido y, en consecuencia, también los niveles de desarrollo tecnológico e inversión, quedándose atrás en innovación.
Otro dato es el referente a la inversión en Inteligencia Artificial, donde en 2023 se estima se invirtieron en Europa ocho mil millones de euros en capital de riesgo, en comparación con 68 mil millones en Estados Unidos y 15 mil millones en China.
Para Draghi, lo que llama un “desafío existencial”, es que el sector capitalista invierta más en nuevas tecnologías con créditos baratos, mercados desregulados y mayores incentivos fiscales, es decir, la más pura tradición neoliberal.
Piketty aspira a que haya un gran debate y que si los cuatro países que reúnen a las tres cuartas partes de la población y del PIB europeo (Alemania, Italia, Francia y España) “logran llegar a un acuerdo sobre un compromiso equilibrado e inclusivo a nivel social y territorial, entonces será posible avanzar sin esperar la unanimidad…. Es este debate el que ahora debe iniciarse en Europa”.
Considero que el informe Draghi tiene el mérito de poner en claro la situación que se vive en ese continente, que se está quedando atrás bajo la pujanza principalmente de China y Estados Unidos y, muy pronto, la India.
Además, también es un mensaje claro a los gobiernos, que se están inclinando a la derecha, de que es necesario avanzar en una mayor participación en la economía, más allá de dar créditos y apoyos a la iniciativa privada, ya que está demostrado que para el sector privado lo importante es la rentabilidad individual y lo que ahora se necesita es la rentabilidad social y, como indica el informe, se necesitan miles de millones de euros para estar a la altura de los desafíos que vienen y solo el Estado lo puede hacer.