El pasado miércoles 4 de junio casi a las 6 de la tarde, en el municipio poblano de Atzitzihuacán, sonaron las campanas de la parroquia de Santiago Apóstol, y con la autorización del sacerdote local, Victorino Fidencio Sánchez Hernández, se convocó a unos 30 pobladores que pretendieron linchar a dos familias evangélicas porque se han negado a cooperar para las festividades locales.
Jacoba Pérez Solís narró que no es la primera vez que la policía local y funcionarios estatales los salva de ser golpeados y amenazados de muerte, a pesar de que se han llevado a cabo varias reuniones conciliatorias para evitar que los evangélicos sean obligados a participar en ritos católicos, lo que ha traído como consecuencia las agresiones e intentos de despojo de un grupo radical que ha tolerado el representante de la iglesia mayoritaria en esa población.
Incluso, dice Jacoba, se envió una carta el 23 de mayo al párroco para pedirle que intervenga y haga entrar en razón a sus feligreses, pero nunca dio respuesta. “Nos han agredido física y verbalmente, y nos quieren matar, o al menos eso nos han dicho varios habitantes de Atzitzihuacán, encabezados por Salvador Cázares García. No nos hemos negado a pagar las cooperaciones, pero ahora nos quieren linchar. Y no es la primera vez: el 12 de abril y el 19 de mayo ya nos habían venido a violentar”, comentó la integrante de una iglesia evangélica.
El 30 de mayo fueron citados a una reunión en el palacio municipal católicos y evangélicos para llegar a un acuerdo de paz, pero el grupo mayoritario entre los que se encuentran los hermanos Anastasio y Angelina Cerezo, Ángeles y Salvador Cázares y Abigail Domínguez, entre otros, les exigieron ceder los derechos de sus propiedades porque los iban a expulsar del pueblo, o de otra manera que se “atuvieran a las consecuencias”. En esa junta estuvo presente el alcalde Jaime Arellano Carrillo.
Según datos de la Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas en México y del INEGI, la iglesia católica ha perdido más del 10% de su feligresía en las dos últimas décadas, contrario a las nuevas expresiones de fe y al exponencial crecimiento de grupos evangélicos y Testigos de Jehová, por lo que algunos clérigos pretenden a toda costa conservar a los fieles, quienes le representan ingresos económicos considerables.
PALABRA DE HONOR: Luego de la violencia registrada en Los Ángeles donde participaron ministros de culto en apoyo a los migrantes, un grupo de pastores evangélicos harán declaraciones en contra de la política de Donald Trump, quien ha autorizado a varias instituciones las detenciones de hombres y mujeres en iglesias, hospitales y escuelas para deportarlos y acusarlos de delitos de como terrorismo, narcotráfico y atentados a la seguridad nacional. Inlcuso el Ejército de Salvación, que sus instalaciones han sido consideradas como un refugio seguro, a la altura de una sede diplomática en varios países del mundo, podrían ser allanadas por instrucciones del presidente estadunidense, lo que expertos han considerado como un acto racista.
