1.
En tiempos de campaña en los Estados Unidos, los asuntos mexicanos suelen tratarse con ligereza. Abierta allá como acá la temporada electoral, no podía ser la excepción y dependiendo del ánimo punitivo o de cooperación prevaleciente, es como se abordan los asuntos. O somos vecinos distantes y desconfiados al estilo de Alan Riding, o bien, recelosos pero cooperantes cual un oso y un puercoespín obligados a coexistir, conforme la fábula descrita por el ex embajador Jeffrey Davidoff. Ahora, interesan el comercio, la migración y el narcotráfico, esencialmente.
2.
En el tema económico y comercial, prevalece el enfoque geopolítico en el cual el bloque norteamericano, integrado por Canadá, Estados Unidos y México, es importante. Tanto el Acuerdo Comercial Trilateral (USAMCA por las siglas en inglés, TMEC en español) como la relocalización de empresas en pos de la seguridad y la estabilidad (nearshoriing) abogan por ello. No obstante, conforme al mecanismo previsto para resolución de controversias, ciertas políticas proteccionistas serán sometidas a paneles y arbitraje; en materia energética, las medidas restrictivas adoptadas para favorecer al monopolio estatal CFE en demérito de inversiones en energías limpias; en agricultura, las restricciones al maíz transgénico y agroquímicos como el glifosato, sustentado en bases que parecen más ideológicas que científicas, más lo que se acumule. Subyace, no obstante, la inminente revisión del Acuerdo Comercial en 2025, conforme a la cláusula guillotina adoptada, por lo que el tema migratorio y el narcotráfico serán más visibles.
3.
Las autoridades han sido rebasadas por el incesante flujo migratorio hacia los Estados Unidos. Ni 35 mil elementos castrenses mexicanos destacamentados a las fronteras Norte y Sur han podido evitar el flujo, dice la Patrulla Fronteriza, de un millón 400 mil ilegales en lo que va del año. El fenómeno trasciende la capacidad institucional para atender humanitariamente las necesidades y la seguridad de los migrantes que buscan pasar y ser fichados para acogerse a una solicitud de asilo. El crimen organizado, sea por el reclutamiento de los cárteles (el quinto gran empleador en México, según un estudio reciente publicado en la revista Science) o por el trasiego de polleros especializados en el tráfico de personas, y a veces ambos actuando concertadamente, es el impulsor de este flujo incesante desde el Darién panameño, para recular vía Chiapas y por las líneas de ferrocarriles de carga o de autobuses hacia el norte. La migración es un tema de gran humanidad y como tal no debiera demonizarse en el bloque de América del Norte.
4.
Y, en los Estados Unidos, debido a la epidemia adictiva causada por el fentanilo, el peligroso opioide sintético manufacturado esencialmente en México, se incrementa la presión por la captura de “los chapitos”, cabezas del cártel al que se responsabiliza por 120 mil muertes por sobredosis allá en el último año. Los estudios muestran que no obstante la captura de capos o el desmantelamiento de bandas, el tráfico de opioides y otras drogas se ha expandido, así como el poder y capacidad de violencia de los cárteles, cundiendo en estos tiempos electorales la propuesta de considerarlos objetivos narcoterroristas y darles tratamiento militar. Dada la tremenda demanda de drogas de todo tipo en la sociedad estadounidense, combinado con gran poder de adquisición y libre venta de armas traficadas a México, se requiere un enfoque integral. Entretanto, las muertes violentas en México (más de 140 mil en el sexenio) muestran que mientras allá está el consumo y mayor demanda de drogas, acá se ponen los muertos y la violencia que sacude a la sociedad.
5.
Son problemas de gran complejidad, que requieren de una solución trilateral e integral donde cada parte asuma su responsabilidad, sin pretender que sean el o los otros quienes resuelvan los problemas o carguen con los costos.
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