Pliegos petitorios de 1968 y 2022, cinco coincidencias
Aunque hay 54 años de diferencia y la escala de la violencia son disímiles, los pliegos petitorios elaborados por los alumnos del movimiento estudiantil del 68 y el de la rebelión más reciente del IPN tienen varios puntos similares
Poco más de 54 años separan los pliegos petitorios de estudiantes de la misma institución, el Instituto Politécnico Nacional (IPN), y aunque responden a los contextos políticos y sociales de cada época, los une cinco coincidencias. El de 1968 tenía ingredientes más políticos y de violencia; ahora, en 2022, los principales ingredientes son de violencia, corrupción y académicos.
Como parte de las seis demandas del pliego petitorio de los estudiantes en 1968, era la derogación del Artículo 145 y 145 Bis del Código Penal Federal, que establecía el delito de disolución social creado en el marco de la Segunda Guerra Mundial con el propósito de que la propaganda de ideologías totalitarias desestabilizaran el orden social.
Ahora, más de 40 años después, los estudiantes politécnicos exigen la erradicación de los actos de intimidación, abuso y hostigamiento por parte de las autoridades, incluso dentro de las instalaciones educativas.
Y también demandan “garantizar las no represalias de ningún tipo contra la comunidad estudiantil, así como toda persona que participa o participó en el movimiento legítimo”.
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Otras exigencias de los alumnos del 68 eran: la destitución de los generales Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea, y el coronel Armando Frías, así como la extinción del Cuerpo de Granaderos, considerado un instrumento de represión, y el deslinde de responsabilidades a funcionarios públicos, policías, militares, y granaderos, que cometieron actos de violencia.
La actualidad no está muy lejana de este suceso, pues hoy reclamaron “transparencia, así como un correcto seguimiento y resolución a los casos de acoso y denuncias presentadas por parte de la comunidad, ya que en su mayoría no se ha brindado respuesta visible a la parte afecta, así mismo el proceso demora meses e incluso se torna revictimizante”.
Los estudiantes politécnicos ahora han ido más lejos, al exigir una fiscalización del gasto en la institución: “La realización de una auditoría para el personal administrativo encargado de recibir el presupuesto, así como exponer de manera pública el uso de éste en todas las áreas”, incluyendo los donativos internos y externos.
En cuanto a lo educativo, los estudiantes ponen en evidencia la crisis que interna y con ello la caída del nivel de excelencia. Piden la reestructuración del plan de estudios, con una revisión profunda y crítica, pues en el actual “se presentan incongruencias y deficiencias, afectando a los alumnos y sus respectivas trayectorias académicas”.
Aseguran que el personal docente carece de formación adecuada para cubrir la demanda académica y garantizar el mantenimiento oportuno de los laboratorios.
Incluyen la reincorporación de los alumnos que fueron sujetos a cambios arbitrarios del plan de estudio y garantizar los cupos de inscripción, que permita a los jóvenes tener un espacio de formación.
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